La relatora Agnés Callamard, del equipo de Derechos Humanos de las Naciones Unidos llegó este lunes hasta Ankara (Turquía) para que junto a su equipo realicen una serie de investigaciones relacionadas al caso del periodista Jamal Khashoggi.
En la capital turca estarán hasta el próximo 3 de febrero, pero por ahora no se han revelado muchos detalles sobre el trabajo que realizará Callamard junto a la abogada Helena Kennedy y el médico forense Duarte Nuno Vieira.
Se espera que la relatora de Naciones Unidas para ejecuciones extrajudiciales, sumarias y arbitrarias, sea recibida por el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, y se entreviste también con el ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu.
Además, la delegación, que según un comunicado de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU intentará establecer "la naturaleza y el alcance de la responsabilidad de Estados e individuos en el asesinato", se trasladará también a Estambul, el lugar de los hechos.
Aspira asimismo a "identificar de qué manera los Estados pueden fortalecer el cumplimiento de sus compromisos internacionales para proteger el derecho a la vida, prevenir violaciones y asegurar la rendición de cuentas", señaló Callamard antes de partir a Turquía, según CNNTürk.
El Gobierno turco ha criticado a las autoridades saudíes por ralentizar las pesquisas del caso y han pedido en más de una ocasión una investigación internacional.
La semana pasada, Çavusoglu dijo que había llegado el momento de abrir una investigación liderada por la ONU y que Erdogan había ordenado los preparativos pertinentes.
Se prevé que los resultados sean presentados en una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU el próximo junio.
Khashoggi, columnista del diario estadounidense The Washington Post abiertamente crítico con la monarquía de su país, fue presuntamente asesinado y descuartizado por agentes saudíes, un crimen que generó una ola de indignación y condena de la comunidad internacional.
Once personas están acusadas en un juicio sobre el caso abierto a principios de este mes en Arabia Saudita, donde la fiscalía ha pedido la pena de muerte para cinco de los incriminados.