En un nuevo capítulo de la escalada de tensión en la región del Golfo Pérsico y Omán, Irán anunció hoy que confiscó un petrolero británico en el estrecho de Ormuz porque no había respetado el código marítimo internacional. Sin embargo, Londres aseguró que eran dos los barcos capturados, uno de bandera británica y otro de bandera liberiana, incidentes que el ministro de RR.EE., Jeremy Hunt, calificó de "inaceptables".
La empresa propietaria de uno de los barcos, Stena Impero, dijo que había perdido contacto con la embarcación y que se le acercaron pequeños botes "no identificados" antes de que cambiara de rumbo. Después, otro barco de propiedad de una empresa escocesa (Norbulk Shipping UK Ltd), pero con bandera de Liberia y de nombre Mesdar, también cambió de forma repentina su trayecto hacia el puerto saudita de Ras Tanura y la información de rastreo reveló que se dirigía hacia la costa iraní, antes de apagar su señal. Eso sí, en esta oportunidad Teherán no confirmó oficialmente su captura.
Menos de dos horas después, la señal volvió a encenderse, la semioficial agencia iraní Fars señaló que el Mesdar había sido detenido de forma breve en el estrecho de Ormuz y que se le notificó del cumplimiento de regulaciones ambientales, antes de permitirle continuar con su camino. La empresa señaló que habían sido abordados por hombres armados y que la tripulación estaba "segura y bien".
Previo a estos incidentes, funcionarios iraníes habían negado que el Ejército estadounidense hubiera derribado un dron persa en el estrecho de Ormuz, un día después de que el Presidente Donald Trump hiciera dicho anuncio. Un portavoz del Ejército iraní dijo que "una denuncia infundada" se había hecho con el fin de aumentar las tensiones en el Golfo Pérsico.
Este es el segundo incidente que involucra a Reino Unido. Los Guardianes de la Revolución se habían apoderado de otro "petrolero extranjero" y su tripulación el jueves, que se creía era el buque de bandera panameña Riah.
El anuncio de la incautación del Stena Impero se produjo pocas horas después de que el Tribunal Supremo de Gibraltar decidiera prorrogar la detención del petrolero iraní Grace 1 durante 30 días.
El buque fue capturado el 4 de julio por las autoridades de Gibraltar, enclave británico situado en el extremo sur de España, bajo sospecha de querer entregar crudo a Siria en violación de las sanciones impuestas por la Unión Europea a Damasco.
Teherán negó esta acusación y denunció un acto de "piratería" contra el barco cargado con 2,1 millones de barriles de crudo. El martes, el líder supremo de Irán, el ayatola Alí Jamenei, dijo que Irán no dejaría "esta maldad sin respuesta". "Las responderemos en el momento y lugar adecuados", añadió.
Según explica el diario The New York Times, el estrecho de Ormuz ha sido el epicentro de una creciente tensión entre Irán y Estados Unidos en el los meses recientes, luego de una serie de incidentes marítimos. Seis barcos fueron dañados entre mayo y en junio en el Golfo de Omán. Washington señaló que los incidentes eran ataques de Irán. Teherán, por su parte, negó su participación en ellos.
Por esta razón, Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en el Golfo.
La relación de ambos países se ha ido deteriorando desde el año pasado, cuando Trump decidió salirse del acuerdo nuclear alcanzado en 2015 y comenzó a imponer una serie de sanciones a la república islámica. Por este motivo, Irán ha comenzado lentamente a reducir su cumplimiento del acuerdo.