A cinco meses desde la llegada de la pandemia a Bolivia, los cortes en carreteras en rechazo al segundo aplazamiento de las elecciones generales, reprogramadas para el 18 de octubre, amenazan con terminar de asfixiar el sistema sanitario golpeado por el Covid-19. La escasez de tanques de oxígeno y medicamentos, insumos clave en el tratamiento de pacientes con coronavirus, ha aumentado la polarización entre los bolivianos ante el conflicto social.
Un día después de que el Ministerio de Salud advirtiera que las protestas en distintos puntos del país provocarían una “inminente situación de desastre”, por lo que dieron como último plazo ayer para un “desbloqueo voluntario”, Bolivia continuaba paralizada tras informar 1.636 nuevos casos y 72 fallecidos en 24 horas, dando un total de 91.635 contagiados y 3.712 decesos.
En el noveno día de movilizaciones convocadas por la Central Obrera Boliviana (COB), movimientos indígenas y afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales, la policía reportó más de 60 tramos cortados en seis de las nueve regiones del país, los que podrían aumentar después que sindicatos mineros anunciaron su adhesión si no hay una pronta solución.
La principal preocupación recae en los hospitales y clínicas, que desde hace semanas trabajan al límite a raíz del aumento de ingresos de pacientes con coronavirus. En ese marco, denunciaron falta de oxígeno para “enfermos Covid-19, prematuros y cirugías de emergencia”. Debido a los bloqueos que mantienen “cercadas” las principales ciudades tampoco han llegado cargamentos de medicamentos básicos.
Uno de los focos de mayor preocupación es La Paz, a causa de los múltiples cortes generados desde El Alto. El Servicio Departamental de Salud aseguró que la ciudad boliviana requiere de 30 toneladas de oxígeno para cumplir las necesidades del insumo vital y que solo hay provisión para dos días.
El gobierno transitorio liderado por Jeanine Áñez dijo que hasta el viernes, 31 personas fallecieron por falta de oxígeno. En tanto, el director de Epidemiología de Cochabamba, Virgilio Prieto, señaló ayer que cuatro camiones con oxígeno fueron interceptadas en la ciudad a pesar de estar escoltados por la Cruz Roja.
Sin embargo, dirigentes del Trópico de Cochabamba -bastión de Evo Morales- y representantes del MAS, aseguran que la falta del suministro médico no es algo nuevo y que se debe a la mala gestión del gobierno frente al virus. Los manifestantes señalan que hay una “una estigmatización” y un “show para dejar mal a las movilizaciones”, ya que a su juicio ellos han dejado pasar en los puntos bloqueados a camiones con suministros médicos y ambulancias.
Inicialmente, las protestas exigían realizar los comicios generales el 6 de septiembre, fecha pactada después de posponer la votación del 5 de mayo, y que fue nuevamente modificada en julio, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ordenó el aplazamiento hasta octubre por la pandemia. Pero ahora los manifestantes sumaron “un segundo pedido”: la renuncia de Áñez.
La jefa del Ejecutivo y candidata presidencial acusa que son sectores radicales del MAS los que impulsan los bloqueos y ordenó que las FF.AA. y la policía resguarde instituciones estatales e infraestructuras estratégicas.
En esa línea es que, durante la jornada de este martes, militares comenzaron a escoltar desde Santa Cruz un convoy con 66 toneladas de oxígeno líquido, dividido en tres camiones cisternas que abastecerá a los centros médicos de La Paz, Cochabamba y Oruro, y que es monitoreada mediante una aplicación de rastreo.
Evo Morales solicitó desde Argentina acatar la fecha de los comicios y dos vocales del TSE enviaron una carta para reconsiderar el aplazamiento electoral. A pesar de esto, la falta de consenso en las mesas de diálogo establecidas por el gobierno agudizan la situación, mientras la Iglesia Católica, la Unión Europea (UE) y la ONU buscaban mediar, especialmente tras choques entre bloqueadores y civiles. Anoche, el MAS pidió levantar los bloqueos, pero rechazó un diálogo. La magnitud de los bloqueos recuerda la crisis que en noviembre generó días de desabastecimiento y 36 muertos.