Inspiradas en la movilización llamada "Día libre de las mujeres" que en octubre de 1975 paralizó Islandia, cientos de miles de españolas tiñeron las calles de morado en 120 ciudades del país para manifestarse el 8 de marzo de 2018 en protesta por la desigualdad de género en España.

Bajo los lemas "Paramos para cambiarlo todo", "Si las mujeres paramos se para el mundo" o "Vivas, libres y unidas por la igualad", las mujeres adhirieron a la huelga, ya sea de 24 horas o parcial de dos horas. El paro fue particularmente visible en lugares como el diario El País, donde las periodistas se unieron a la paralización, dejando la redacción prácticamente vacía, según mostraron los videos que circulaban en Twitter. Mientras que en el Teatro Real, la falta de personal técnico impidió representar Aída en el escenario.

Según los sindicatos Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC.OO.), el paro parcial tuvo un éxito rotundo, cifrando esa adhesión en seis millones de personas.

Según el portal 20 minutos, la jornada supuso un golpe reivindicativo para el feminismo. Esto, porque tanto en las casas, en los bares y en los medios de comunicación se debatieron conceptos "casi siempre olvidados, como la brecha salarial, el techo de cristal (conjunto de barreras invisibles que impiden a las mujeres ascender hacia los niveles superiores de la escalera corporativa), el acoso sexual o las trabas a la conciliación".

Las movilizaciones más importantes se produjeron en Buenos Aires, Ciudad de México y también en Santiago, donde miles de mujeres salieron a marchar, aunque a diferencia de España no se produjo una huelga. Mientras que en Europa las movilizaciones solo tuvieron cierto eco en Francia e Italia. Y en Turquía, las mujeres marcharon para acabar "con el patriarcado".

Para este año, el movimiento feminista en España toma el liderazgo nuevamente y también prepara una huelga donde los motivos serán los colectivos feministas.