El Estado Islámico reivindicó el jueves la autoría de dos explosiones que acabaron con la vida de casi 100 personas e hirieron a decenas en una ceremonia en Irán para conmemorar la muerte del comandante Qassem Soleimani en 2020 por un avión no tripulado estadounidense.
En un comunicado publicado en sus canales afiliados de Telegram, el grupo sunita dijo que dos miembros detonaron sus cinturones explosivos en la multitud que se había reunido en el cementerio en la ciudad suroriental iraní de Kerman el miércoles para el aniversario de la muerte de Soleimani.
Estados Unidos “no está en posición de dudar” de la afirmación del Estado Islámico de que fue responsable de un ataque en el sur de Irán que mató a decenas de personas el miércoles, dijo la Casa Blanca.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo ese jueves en una sesión informativa que Estados Unidos “ha dicho y mantenido durante mucho tiempo” que el EI “sigue siendo una amenaza terrorista viable”.
El Estado Islámico abogó también en una grabación por el asesinato de judíos y cristianos en Estados Unidos y Europea como represalia por la ofensiva militar lanzada por las Fuerzas de Defensa de Israel sobre la Franja de Gaza, un conflicto que considera una “guerra religiosa”.
Un portavoz del grupo, Abu Hudhaifa al Ansari, llamó a los “leones del islam” a perseguir a “judíos, cristianos y sus aliados en las calles de Estados Unidos, Europa y el mundo”, en un mensaje en el que invitó a atentar contra “objetivos fáciles” y preferiblemente “civiles”, lo que incluye también centros religiosos “como sinagogas e iglesias”.
El portavoz pidió asimismo al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), que gobierna la Franja de Gaza, a no colaborar con organizaciones chiitas, consideradas herejes a ojos del grupo yihadista sunita. Este rechazo dejaría por tanto fuera al grupo libanés Hizbulá y también a Irán, que ha expresado su solidaridad con Hamas y con el pueblo palestino desde el inicio de la ofensiva.
“Habrá una represalia muy fuerte”
Más temprano en el día, la Guardia Revolucionaria iraní y el vicepresidente primero Mohammad Mokhber prometieron venganza por lo ocurrido en Kerman. Teherán había atribuido las explosiones a “terroristas” no identificados.
“Habrá una represalia muy fuerte en las manos de los soldados de Soleimani”, dijo Mokhber a la prensa en un hospital donde algunos de los heridos estaban recibiendo tratamiento por el ataque más sangriento desde la Revolución Islámica de 1979.
Una fuente anónima declaró a la agencia de noticias estatal IRNA que la primera explosión en el cementerio de la ciudad suroriental de Kerman “fue el resultado de la acción de un terrorista suicida”. “Lo más probable es que la causa de la segunda explosión fuera la misma”, agregó.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó en un comunicado el “cobarde atentado terrorista” y envió sus condolencias a las familias de las víctimas y al gobierno iraní.
La televisión estatal mostró a multitudes congregadas en una docena de ciudades de Irán, incluida Kerman, ciudad natal de Soleimani, coreando: “Muerte a Israel” y “Muerte a Estados Unidos”.
Las autoridades iraníes han convocado protestas masivas para el viernes, día en que se celebrarán los funerales de las víctimas de los atentados, informaron los medios estatales.
En un comunicado, la poderosa Guardia iraní describió el ataque del miércoles como un acto cobarde “dirigido a crear inseguridad y buscar venganza contra el profundo amor y devoción de la nación a la República Islámica”. También dijeron que el ataque “refuerza la determinación de castigar con decisión y justicia a los autores”.
El comandante de la Guardia en Kerman negó informes de medios estatales sobre un tiroteo en la zona el jueves.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, condenó el “crimen atroz e inhumano”, y la máxima autoridad del país, el líder supremo ayatolá Alí Jamenei, prometió venganza por los ataques, en los que resultaron heridas 284 personas, entre ellas, mujeres y niños.
Ataques anteriores
Teherán acusa a menudo a sus archienemigos, Israel y Estados Unidos, de respaldar a grupos militantes antiiraníes.
Un funcionario de alto rango del gobierno estadounidense había dicho antes que las explosiones parecían representar “un ataque terrorista” del tipo perpetrado en el pasado por militantes del grupo EI y que Washington no estaba implicado en modo alguno en el hecho.
En 2022, el grupo militante musulmán sunita reivindicó la autoría de un ataque mortal contra un santuario chiita en Irán en el que murieron 15 personas.
Entre los ataques anteriores reivindicados por EI figuran dos en 2017 contra el Parlamento iraní y la tumba del fundador de la República Islámica, el ayatola Ruhollah Jomeini.
Militantes baluchis y separatistas de etnia árabe también han protagonizado ataques en Irán.
La muerte de Soleimani el 3 de enero de 2020 en un ataque con aviones no tripulados en el aeropuerto de Bagdad, y las represalias de Teherán -atacando dos bases militares iraquíes que albergan tropas estadounidenses- acercaron a Washington y la república islámica a un conflicto total.
Como comandante en jefe de la fuerza de elite Quds, brazo exterior del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC), Soleimani dirigió operaciones clandestinas en el extranjero y fue una figura clave en la larga campaña iraní para expulsar a las fuerzas estadounidenses de Oriente Medio.
Las tensiones entre Irán e Israel han alcanzado un nuevo punto álgido a raíz de la guerra del Estado judío contra los militantes de Hamás apoyados por Irán en Gaza, en represalia por su incursión del 7 de octubre.
La milicia hutí de Yemen, respaldada por Irán, ha atacado barcos que, según dice, tienen vínculos con Israel en la entrada del mar Rojo, una de las rutas marítimas más transitadas del mundo.
Las fuerzas estadounidenses han sido atacadas en Irak y Siria por militantes respaldados por Irán por el apoyo de Washington a Israel y han llevado a cabo sus propios ataques aéreos de represalia.
Palestinos estarán “a cargo” de Gaza
En tanto, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, dijo que una vez que termine la guerra no habrá presencia civil israelí en Gaza y que organismos palestinos estarán “a cargo” del territorio.
En una declaración de su oficina, informada por Reuters, Gallant aseguró que Hamas ya no controlaría Gaza e Israel se reservaría su libertad operativa de acción. “Los residentes de Gaza son palestinos, por lo tanto los organismos palestinos estarán a cargo, con la condición de que no haya acciones hostiles o amenazas contra el Estado de Israel”, afirmó.