Estado Islámico reivindicó la autoría de un atentado terrorista perpetrado en el interior de la sala de conciertos Crocus City Hall, en el noroeste de la capital de Rusia, Moscú, y que terminó con la vida de al menos 62 personas.
El atentado, reclamado por el grupo en un comunicado difundido por sus servicios de propaganda, dejó además con otros 100 heridos, si bien el balance podría aumentar. Los cinco atacantes accedieron al edificio vestidos de camuflaje y armados con metralletas y realizaron numerosas ráfagas de disparos contra civiles.
Las fuerzas especiales han logrado evacuar el edificio y han puesto en marcha un operativo para capturar a los tiradores. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha asegurado que el presidente Vladimir Putin ha sido notificado de lo ocurrido.
Las autoridades de Ucrania se habían desvinculado completamente del tiroteo. “Ucrania ciertamente no tiene nada que ver con los tiroteos y explosiones en el Crocus City Hall. No tiene ningún sentido”, ha detallado el principal asesor de la Presidencia ucraniana, Mijailo Podoliak, en su perfil oficial de la red social X.