Estados Unidos aseguró que la suspensión de Rusia de su participación en el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) es “legalmente inválida”, recalcando que la respuesta estadounidense a la invasión rusa de Ucrania no exime al Kremlin de la responsabilidad de cumplir sus obligaciones en el tratado.
“El incumplimiento de Rusia con el Nuevo Tratado START y su supuesta suspensión del tratado son pasos desafortunados e irresponsables”, expresó el Departamento de Estado estadounidense en un comunicado, señalando que el cumplimiento mutuo del tratado fortalece la seguridad mundial.
Por ello, y tras señalar que la suspensión de Rusia es “legalmente inválida”, Washington recordó a Moscú que sigue estando obligada a permitir inspecciones sobre las armas nucleares, a notificar cada movimiento de sus fuerzas nucleares, o reunirse en la Comisión Consultiva Bilateral (BCC).
En este sentido, el Departamento de Estado aseguró que, si bien Rusia no ha tenido una actividad significativa por encima de lo estipulado en el tratado en 2022, “el hecho de que Rusia no permita inspecciones y proporcione notificaciones degrada la capacidad de Estados Unidos para evaluar los despliegues nucleares rusos”.
Por este motivo, demandó a Rusia que puede “remediar fácilmente” su incumplimiento al reanudar las actividades que realizó durante años bajo el tratado: realizar inspecciones, reunirse en el BCC y proporcionar notificaciones y datos.
El Gobierno de Rusia anunció a fines de febrero que todos los intercambios de información en el marco del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) fueron suspendidos, en línea con la decisión por el presidente ruso, Vladimir Putin, de congelar la participación de Moscú en el pacto.
Washington y Moscú prorrogaron en 2021 el START por un plazo de cinco años. El tratado busca limitar el despliegue de armas nucleares de alcance intercontinental por ambas partes, permitiendo comprobaciones frecuentes de los programas de cada país por parte del contrario. El acuerdo permite a Washington y Moscú desplegar hasta 700 misiles balísticos intercontinentales y 1.550 cabezas nucleares en esos misiles.
Si se pone fin al tratado o expira sin una renovación, los arsenales nucleares de las dos mayores potencias nucleares del mundo no tendrían ninguna limitación por primera vez desde los años 70, en plena Guerra Fría, y ninguna de las partes podría controlar el arsenal del contrario.