Estados Unidos ha recomendado a los estadounidenses que reconsideren los viajes a China debido a la aplicación arbitraria de la ley, prohibiciones a abandonar el país y el riesgo de detenciones injustas.
Aunque la advertencia no mencionaba casos concretos, se publicaba después de que un ciudadano estadounidense de 78 años fuera condenado en mayo a cadena perpetua por cargos de espionaje.
Además, el gobierno chino aprobó la semana pasada una amplia Ley de Relaciones Exteriores que amenaza con contramedidas contra países que se considere perjudican los intereses de China.
Beijing aprobó hace poco otra ley de contraespionaje redactada en términos generales y que ha provocado nerviosismo en la comunidad de empresas extranjeras, con redadas en varias oficinas. También se ha aprobado una ley para sancionar a los críticos extranjeros.
“El gobierno de la República Popular China (RPC) aplica de forma arbitraria las leyes locales, lo que incluye emitir prohibiciones de salir del país a ciudadanos estadounidenses y ciudadanos de otros países, sin procesos justos y transparentes al amparo de la ley”, señaló la recomendación estadounidense.
“Los ciudadanos estadounidenses que viajan o residen en la RPC podrían ser detenidos sin acceso a los servicios consulares estadounidenses ni información sobre su supuesto delito”, señaló.
“Las autoridades de la RPC parecen tener una amplia discreción para valorar una amplia gama de documentos, datos, estadísticas o materiales como secretos de estado y para detener y procesar a ciudadanos extranjeros por supuesto espionaje”, señaló el mensaje oficial.
El texto enumeraba una larga serie de posibles infracciones, como participar en manifestaciones, enviar mensajes críticos con las políticas chinas o simplemente investigar áreas consideradas como sensibles.
Las prohibiciones a abandonar el país podrían utilizarse para obligar a personas a participar en investigaciones del gobierno, presionar a familiares para que regresen del extranjero, resolver disputas civiles a favor de ciudadanos chinos y “ganar poder de negociación sobre gobiernos extranjeros”, añadió la advertencia.
Se emitieron advertencias similares para las regiones semiautónomas chinas de Hong Kong y Macao. Tenían fecha del viernes, aunque se enviaron a periodistas el lunes.
China suele responder con indignación a lo que percibe como esfuerzos de Estados Unidos de impugnar su sistema autoritario, liderado por el Partido Comunista. Ha emitido sus propias advertencias sobre viajar en relación con Estados Unidos, que alertan sobre el peligro de delincuencia, discriminación contra personas asiáticas y el elevado coste de la atención médica.
Las relaciones entre los dos países están en su punto más bajo en años debido a disputas comerciales, tecnológicas y sobre Taiwán y derechos humanos, aunque las dos partes han tomado algunas medidas para mejorar la situación. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajó la semana pasada a Beijing en una visita que se había aplazado mucho, mientras que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, haría un esperado viaje a Beijing esta semana. China también nombró recientemente un nuevo embajador en Washington, que presentó sus credenciales en una reunión con el presidente, Joe Biden, en la Casa Blanca.