El control de ambas cámaras del Congreso se encontraba en juego el miércoles por la mañana luego que los demócratas mostraran una fuerza sorprendente en las contiendas clave. El escrutinio parcial de las elecciones de medio mandato en Estados Unidos arrojaba una leve ventaja de los republicanos en la Cámara de Representantes, mientras que la composición del Senado aún no se definía.
Los estadounidenses volvieron este martes a las urnas en las elecciones de medio período, en las que se renovaban la totalidad de la Cámara de Representantes, de 435 escaños, un tercio del Senado (35 escaños), así como también a 36 de los 50 gobernadores, además de otras consultas locales y estatales que determinarán la agenda política e influirán en la forma futura de los tribunales del país.
Para recuperar el control del Senado, los republicanos necesitaban ganar 22 de los 35 escaños que estaban en juego y así poder ocupar 51 de los 100 escaños en la Cámara Alta. Los pronósticos de Inside Elections vaticinaban en la previa de los comicios que solo tenían asegurados 20 escaños.
Para controlar la Cámara de Representantes, un partido político tiene que lograr al menos 218 escaños de los 435. Los republicanos eran los favoritos para ganar 212 escaños, mientras que los demócratas podrían obtener 205 escaños, según los sondeos previos. En tanto, 18 asientos eran catalogados como inciertos.
En el Senado los demócratas ganaron en Pennsylvania. Sin embargo, aún faltaban los resultados de Georgia, Nevada, Wisconsin y Arizona. Los republicanos mantienen una ventaja contundente en el conteo de votos en Alaska. Pero los demócratas solo necesitan ganar dos escaños más para conservar la mayoría, indicaban los expertos.
El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, ganó el martes la reelección para un segundo período al vencer al demócrata Charlie Crist, ratificando con ello su ascenso como una importante figura del Partido Republicano con posibles ambiciones de llegar a la Casa Blanca.
El triunfo de DeSantis continúa el vuelco a la derecha en lo que alguna vez fue el estado sin clara preferencia política más grande del país luego de que los votantes acogieron a un gobernador que se deleitaba en las guerras culturales y calificaba su candidatura como una batalla contra la agenda “wokeista” de los liberales.
Asimismo, Marco Rubio se convirtió en el primer republicano de Florida en ganar tres mandatos en el Senado, luego que este martes derrotara a la representante demócrata Val Demings, según informó NBC News. En Colorado, en tanto, el senador demócrata Michael Bennet logró la reelección al derrotar al republicano Joe O’Dea.
En Massachusetts, la fiscal general, la demócrata Maura Healey, fue elegida como gobernadora, convirtiéndose en la primera mujer y el primer candidato abiertamente homosexual en obtener el cargo.
Healey venció al republicano Geoff Diehl, un exrepresentante estatal que contaba con el respaldo del expresidente Donald Trump. La elección de Healey le devuelve la gubernatura del estado a los demócratas luego de ocho años de gobierno republicano con Charlie Baker, quien optó por no buscar la reelección.
En tanto, el demócrata Wes Moore fue elegido como el primer gobernador de raza negra en la historia de Maryland. El nuevo gobernador en su primera candidatura a un cargo de elección popular, venció al republicano Dan Cox en un estado en donde los demócratas superan a los republicanos en proporción de 2-1.
El triunfo de Moore suma a los demócratas un estado que había estado bajo gobierno republicano. De las 36 contiendas a jefe de gobierno estatal de este año, Maryland y Massachusetts representaban algunas de las mejores oportunidades para los demócratas de recuperar gubernaturas en un momento en que el Partido Republicano gobierna 28 de los 50 estados.
A su regreso a la Casa Blanca tras su último acto de campaña, el Presidente Joe Biden dijo que creía que los demócratas ganarían el Senado, pero admitió que “la Cámara de Representantes es más difícil”. Por su parte, el Partido Republicano encaraba la jornada con optimismo y apostaba a que un mensaje centrado en la economía, los precios de los combustibles y la delincuencia iban a movilizar al electorado en un momento de inflación disparada y violencia en alza.
Los comicios “serán un referéndum sobre la incompetencia de este gobierno”, aseguró a la agencia The Associated Press el representante republicano de Minnesota, Tom Emmer, que lideraba los esfuerzos de su partido por retomar la Cámara Baja.
Estos eran los primeros comicios desde la toma del Capitolio en enero de 2021 y constituían una prueba de si EE.UU. podía celebrar una elección sin violencia. Desde las últimas elecciones nacionales de hace dos años, el expresidente Donald Trump y sus aliados han logrado sembrar una amplia desconfianza sobre el voto, promoviendo mentiras de fraude generalizado. La campaña mermó la confianza en los comicios y la democracia en partes del electorado, lo que derivó en restricciones al voto por correo y nuevos requisitos de identificación en algunos estados bajo gobierno republicano, además de provocar amenazas de muerte contra funcionarios electorales.
La jornada electoral de este año estuvo marcada por el temor a nuevos incidentes de acoso y la posibilidad de interferencias en centros de votación y oficinas electorales. En vísperas de los comicios de mitad de período, las autoridades electorales dijeron estar preparadas para gestionar cualquier problema que se presentara e instaron a los votantes a no dejarse disuadir.
Posibles escenarios
Los expertos vaticinaban que estas elecciones podrían ser bastante reñidas y tardar días en resolverse. “Puede que no sepamos quiénes son los ganadores de las elecciones durante algunos días. Toma tiempo contar todas las papeletas de una manera ordenada”, afirmó el lunes la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en su conferencia de prensa diaria.
Para asegurar su avance en estos estados indecisos, los partidos apelaron a los temas que más impulsan a la gente a votar. Por el lado de los republicanos, la inflación achacada a la actual administración demócrata, el mal manejo de la economía, la crisis migratoria y el estado de salud de Biden eran las cuestiones que enfatizaron los candidatos del partido de Trump para ganar simpatizantes.
Por su parte, los demócratas se centraron en las libertades que están perdiendo las mujeres tras la decisión de la Corte Suprema de cederles el poder a los estados para definir el aborto y no reconocerlo como un derecho constitucional.
Según el diario The New York Times, con cinco contiendas clave en el Senado y decenas de disputas en la Cámara de Representantes que parecían ser impredecibles, estas elecciones podrían otorgar a los republicanos un triunfo por paliza al controlar la Cámara Alta y conseguir varios escaños en la Cámara Baja
En casi todas las contiendas críticas, las encuestas finales del Times/Siena indicaban que los votantes preferían el control republicano del Congreso y desaprobaban la actuación del Presidente Biden.
Un exit poll de NBC News reveló que los estadounidenses mencionaron la inflación y el aborto como los temas más importantes que impulsaron sus votaciones el martes. Mientras los demócratas se preocupan más por el derecho al aborto, los republicanos lo hacen por la inflación, según la encuesta. Los votantes independientes también mencionaron la inflación y el aborto como los temas más importantes que determinan cómo emiten sus votos.
Asimismo, la encuesta señala que los electores en su mayoría desaprueban el desempeño de Biden, y una pluralidad dijo que cree que sus políticas están perjudicando al país.