Tras meses de protestas en contra de las autoridades del gobierno, este sábado 9 de julio la situación explotó en Sri Lanka con el inicio de una revolución popular por la devastadora crisis económica que azota el país, la más grave desde la declaración de su independencia de Reino Unido en 1948.
Las calles de la capital, Colombo -y también de otras ciudades- fueron abarrotadas de cientos de miles de personas que se sumaron a la multitudinaria concentración que comenzó a primera hora de la mañana, encabezada por los monjes budistas del país y secundada por asociaciones civiles, artistas, profesores, escritores y otros profesionales, en medio de escaramuzas con la Policía, que repelió los primeros intentos de incursión con disparos al aire y gases lacrimógenos.
La ciudadanía exige la dimisión de Rajapaksa y del primer ministro, Ranil Wickremesinghe. Frente a lo cual, Wickremesinghe, en efecto, anunció su salida del cargo a través de su cuenta de Twitter, “para garantizar la continuación del Gobierno, incluida la seguridad de todos los ciudadanos”.
De esta forma, aceptó las recomendaciones de la reunión extraordinaria mantenida esta tarde con los líderes de los partidos afines al gobierno “para dar paso a un gobierno de concentración”. A pesar de esto, los protestantes incendiaron su residencia. Medios ceilandeses publicaron imágenes del inmueble envuelto en llamas y un denso humo negro que sale de la casa, ubicada en la Quinta Avenida de la capital.
La recomendación de su dimisión fue tomada tras una reunión de emergencia de todos los partidos relacionados con el gobierno, convocada por el presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena, que ha pedido la dimisión tanto de Wickremesinghe como de Rajapaksa.
Por su parte, la principal oposición del país, Poder del Pueblo Unido (SJB), que no reconoce al primer ministro, avisó que no participará en la reunión y exigió, asimismo, la dimisión tanto del presidente como del jefe del Gobierno.
El presidente se encuentra ahora mismo en paradero desconocido luego de que su casa también fuera tomada por los manifestantes. Fuentes cercanas informaron de que fue trasladado a un “lugar seguro”, luego de que su hogar también fuera asaltdo, informa DPA, sin dar más detalles.
Además, según recoge el portal de noticias ceilandés Ada Derana, Rajapaksa aseguró que iba a respetar la decisión que adoptara el primer ministro y los líderes participantes de la reunión.
Hasta el momento, al menos 55 personas están heridas por los enfrentamientos que se viven en el lugar, entre ellas un diputado, según confirmaron fuentes médicas del Hospital Nacional de la capital, Colombo, a la cadena CNN.
Además del incendió en la residencia del dimitido primer ministro y del asalto a la del presidente, otro grupo de manifestantes entró en las oficinas del Mandatario en la capital y una tercera concentración se reunió a las puertas del Banco Central del país.
Rajapaksa es acusado de corrupción y nepotismo, al colocar a su hermano Mahinda como primer ministro hasta que finalmente se vio obligado a forzar su cese en mayo, de nuevo por la presión popular. Tras lo cual tomó el cargo Wickremesinghe, antiguo rival de Rajapaksa y última opción del mandatario para solucionar la crisis.