El Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI, por sus siglas en inglés) ha informado que no se han producido muertes relacionadas con la seguridad en Irlanda del Norte en un año natural por primera vez desde 1969, año en que se iniciaron los registros policiales.
En el boletín del PSNI se recogen las muertes atribuidas directamente al terrorismo o a la actividad de las fuerzas de seguridad: “No se produjo ninguna muerte relacionada con la seguridad en el último periodo de 12 meses, frente a una en los 12 meses anteriores”.
“Este es el primer año natural desde que comenzaron los registros en 1969 en el que no se ha producido ninguna muerte relacionada con la seguridad”, añadió.
No obstante, las estadísticas de 2023 han evidenciado un aumento de la actividad paramilitar, lo que incluye agresiones, tiroteos, atentados con bomba.
El mencionado boletín señaló que, en 2023, se produjeron 33 tiroteos, frente a los 29 de los 12 meses anteriores. Asimismo, se registraron ocho atentados con bomba, frente a los cinco de 2022.
Por otro lado, se contabilizaron 31 víctimas -todas ellas mayores de 18 años- de agresiones de tipo paramilitar, frente a las 25 del año anterior, y 19 víctimas de tiroteos de tipo paramilitar, once más que en 2022.
Por último, los informes muestran que el PSNI encontró 20 armas de fuego durante 2023 y recuperó 3,22 kilogramos de explosivos y 1.013 cartuchos de munición; que se produjeron 104 detenciones relacionadas con la seguridad en virtud del artículo 41 de la Ley de Terrorismo de 2000, frente a las 110 de los 12 meses anteriores, y que 21 personas fueron acusadas de delitos de terrorismo.
La ONG Amnistía Internacional ha lamentado que estos datos representan un enorme número de vidas arruinadas y de comunidades que viven atemorizadas debido a la actividad terrorista.
“Estas últimas cifras policiales muestran un aumento preocupante de la actividad paramilitar, incluidos tiroteos, atentados con explosivos y agresiones. Cada estadística representa una violación del derecho de las personas a vivir sin violencia”, denunció el director del Programa para Irlanda del Norte de Amnistía Internacional, Patrick Corrigan.
Corrigan criticó que “los denominados tiroteos y palizas de tipo paramilitar parecen haberse aceptado como un hecho de la vida”, pero que no dejan de ser “un brutal abuso de los Derechos Humanos que nunca puede ser aceptable”.
“Lo que las cifras no muestran es el enorme número de vidas arruinadas y de comunidades que viven atemorizadas en toda Irlanda del Norte. Tampoco tienen en cuenta el creciente número de ataques racistas y sectarios perpetrados por estos grupos violentos. Estos ataques deben cesar y los responsables deben rendir cuentas ante la ley”, dijo el representante de Amnistía Internacional.