La esteticista de la exprimera dama de Argentina, Fabiola Yañez, declaró este martes ante la Justicia que los moretones que tenía la expareja del expresidente Alberto Fernández no fueron producto de un tratamiento estético y que su clienta le contó que el hematoma del ojo se trató de un “golpe involuntario”.
Florencia Aguirre, testigo propuesta por la defensa de Yañez en la causa por violencia de género contra Fernández, declaró este martes ante el fiscal federal Ramiro González, donde admitió haber visto moretones en la exmujer de Fernández, pero negó de manera enfática que pudieran haberse producido por sus tratamientos, dado que no utiliza métodos “invasivos”, según reporta el medio trasandino Página 12.
El medio argentino tambien consigna que Aguirre aseguró, además, que el exmandatario era “violento” con Yañez porque “no la dejaba hablar” y “la llamaba a los gritos”.
En su relato ante el fiscal, Aguirre afirmó que durante un tiempo la exprimera dama estuvo “muy angustiada” porque encontró videos y fotos de mujeres en un celular que Fernández le había dado al hijo de ambos, Francisco, y también contó que en una oportunidad su clienta le dijo que “se sentía presa” porque no podía salir de la quinta sin pedir permiso.
Aguirre en una entrevista con el medio trasandino Infobae había aseverado antes de su comparencia judicial que “los tratamientos que le hice (a Fabiola Yáñez) no son nada invasivos. Yo no lo tengo permitido porque no soy médica para hacerle ni bótox ni ácido hialurónico. Todo eso lo hace un cirujano o una dermatóloga. Pero en mi caso, ni siquiera aplico eso”.
Y luego aclaró: “Yo soy cosmiatra. Siempre tratamientos, peeling. Pero igualmente, en la época de eso (la supuesta violencia), yo no le hice un tratamiento. No se le podía hacer ni siquiera un peeling porque ella estaba empezando con todo lo del tratamiento para quedar embarazada”.
En la entrevista, Aguirre aseguró haber visto el moretón en el ojo de Fabiola. “Cuando le pregunté, me dijo solamente que había sido Alberto sin querer. La verdad es que no le creí”, relató. La esteticista también reconoció haberle visto un moretón en el brazo. “Pero la verdad es que nunca le pregunté del brazo. Mi trabajo era ir, atenderla, y tampoco le estaba indagando sobre lo que pasaba en su vida”, explicó.