Hace dos años, Paul Manafort vivía el sueño americano. Una mansión privada en Palm Beach, casa de veraneo en los Hamptons, estadía en la Torre Trump y vestía trajes a la medida. Pero ahora el exjefe de la campaña presidencial de Donald Trump enfrenta un juicio por 18 cargos en el que sería el primer paso del fiscal especial, Robert Mueller, para comprobar -a través de la vida millonaria de Manafort- su relación con la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU.
Manafort, de 69 años, es el primer exasesor de Trump en enfrentar un juicio en la llamada trama rusa. El reconocido lobbista de Washington comparecerá hoy por las acusaciones de 18 delitos financieros en Alexandria, Virginia. Nueve delitos son por fraude bancario y fiscal, cada uno tiene una sentencia máxima de 30 años, lo que se suma a las acusaciones por falsificación de documentos, lavado de dinero y soborno. El exasesor se declara inocente de todos los cargos.
Este primer megajuicio es clave para Mueller y para Trump debido a que si Manafort es condenado, el mandatario no podría seguir denunciando una "cacería de brujas". Mientras que si es absuelto podría definir el futuro de la investigación, según destaca el diario The New York Times. Además, el Presidente afirma que tuvo "relaciones comerciales" con Mueller lo que le impediría seguir con la investigación por "conflictos de interés".
El juicio se inicia con la selección del jurado, el que analizará los delitos que cometió Manafort antes de la campaña de Trump, cuando trabajó para un partido político ucraniano entre 2006 y 2015. Según el diario The Washington Post, será la primera vez que la investigación del llamado Rusiagate dirigida por Mueller revele información en un juicio.
Manafort colaboró con la carrera de Viktor Yanukovich, líder ucraniano proruso, tarea por la que recibió más de US$ 30 millones, los que fueron transferidos a cuentas secretas para no pagar impuestos. De acuerdo con los fiscales, Manafort tenía 16 cuentas extranjeras, la mayoría en Chipre. Desde ahí sacaba el dinero necesario para la vida ostentosa que llevaba. En 2014 terminó su colaboración, por lo que habría cometido fraude bancario al solicitar préstamos con información falsa.
Los lazos y la información que Manafort podría tener son cruciales para la investigación de Mueller, por lo que en el juicio los fiscales pretenden exponer los vínculos del exasesor de Trump con rusos durante la campaña presidencial. En junio de 2016, Manafort asistió a una reunión en la Torre Trump junto a Donald Trump Jr., Jared Kushner y representantes rusos que ofrecieron información perjudicial sobre la rival del republicano, la candidata demócrata Hillary Clinton, según consigna Reuters.
Debido a que podría enfrentar hasta 270 años de cárcel, el objetivo del fiscal Mueller sería "aterrar a Manafort" al mostrarle la pena que arriesga por sus delitos tributarios para forzar su colaboración en el Rusiagate a cambio de aliviar su condena, según el diario El Mundo.
En una audiencia preliminar, el juez de Virginia T.S. Ellis III señaló que a los fiscales sólo les interesaba el caso de fraude bancario de Manafort por la evidencia que podría implicar al Presidente Trump. Aunque después confirmó que el equipo de Mueller siguió "el dinero pagado por funcionarios prorusos".
Debido a la solidez de la evidencia, algunos expertos legales sugieren que Manafort podría contar con un eventual indulto de Trump, que calificó a su exasesor de "tipo agradable" que ha sido tratado injustamente.
El equipo de Mueller estimó que presentar el juicio ante el jurado podría tardar entre ocho a 10 días, por lo que el proceso podría durar al menos tres semanas. El segundo juicio por la trama rusa está programado para septiembre, justo en medio de la campaña para legislativas. En este Manafort enfrentara siete cargos en el distrito de Columbia por sus lazos con Ucrania, entre ellos conspiración contra EE.UU., conspiración por lavado de dinero y obstrucción de la justicia.
Hasta el momento, Mueller ha acusado a 32 personas, 26 rusos y varios cercanos a la campaña de Trump. Cinco se declararon culpables, entre ellos Michael Flynn, exconsejero de Seguridad Nacional de Trump y la mano derecha de Manafort, Robert Gates, que llegó a un acuerdo con la fiscalía.
Manafort trabajó con tres expresidentes republicanos Gerald Ford, Ronald Reagan y George H. Bush. Y además fue el encargado de asegurarse que el Partido Republicano le diera a Trump el cupo de la candidatura en 2016.