El exembajador de EE.UU. en Bolivia, Manuel Rocha, fue detenido el viernes pasado tras una larga investigación del FBI, en la que se descubrió que presuntamente sirvió en secreto como agente del gobierno de Cuba, según informó The Associated Press.
Rocha, de 73 años, fue arrestado por una denuncia penal y este lunes se hicieron públicos más detalles sobre el caso en su comparecencia ante el tribunal en Miami, como habían dado a conocer dos personas que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas para discutir una investigación federal en curso.
Según AP, una de las personas dijo que el caso del Departamento de Justicia acusa a Rocha de trabajar para promover los intereses del gobierno cubano como agente extranjero no registrado. La ley federal exige que las personas que cumplen órdenes políticas de un gobierno o entidad extranjera dentro de Estados Unidos se registren en el Departamento de Justicia, que en los últimos años ha intensificado su aplicación penal del lobby extranjero ilícito.
De 1995 a 1997, Rocha se desempeñó como subdirector de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, según una denuncia del FBI presentada en un tribunal federal de Miami. Esta misma asegura que “Rocha apoyó secretamente a la República de Cuba y su misión clandestina de recopilación de inteligencia contra Estados Unidos sirviendo como agente encubierto de los servicios de inteligencia de Cuba”, consigna The Wall Street Journal.
En su papel encubierto, Rocha consiguió puestos diplomáticos en el gobierno de Estados Unidos que “le proporcionaron acceso a información no pública, incluida información clasificada” y “la capacidad de afectar la política exterior de Estados Unidos”.
“Después de que terminó su empleo (en el gobierno en 2002), Rocha ocupó otros cargos y participó en otros actos destinados a apoyar a los servicios de inteligencia de Cuba”, afirma la declaración jurada presentada ante la denuncia del FBI, y agrega que Rocha proporcionó “información falsa y engañosa a los Estados Unidos para mantener su misión secreta, viajó fuera de Estados Unidos para reunirse con agentes de inteligencia cubanos e hizo declaraciones falsas y engañosas para obtener documentos de viaje”.
“Esta acción expone una de las infiltraciones de mayor alcance y más duraderas en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero”, dijo el fiscal general Merrick Garland. Los puestos de Rocha dentro del gobierno de Estados Unidos le brindarían acceso a información no pública y la capacidad de afectar la política exterior de Estados Unidos, precisó Garland.
Según el Miami Herald, el FBI se enteró de la relación el año pasado y organizó una serie de encuentros encubiertos en el centro de Miami entre Rocha y alguien que pretendía ser un agente de la inteligencia cubana. Durante una de esas reuniones, dice la declaración jurada, Rocha afirmó que los servicios de inteligencia del gobierno le habían ordenado “llevar una vida normal” y que había creado la “leyenda” o persona artificial “de una persona de derecha”.
“Siempre me dije: ‘Lo único que puede poner en peligro todo lo que hemos hecho es... es... la traición de alguien, alguien que puede haberme conocido, alguien que puede haber sabido algo en algún momento’”, dijo Rocha, según el documento de cargo.
Paso por Chile
En la declaración jurada se indica que evidencia independiente, que incluye registros de viajes, confirma que Rocha vivió en Chile o en sus alrededores en 1973. De hecho, se cita que el 15 de noviembre de 2022, mientras estaba en Miami, Rocha participó de una llamada telefónica grabada con un agente encubierto del FBI, en la que este último le informó que su nombre era “Miguel’' y que estaba “representando a sus amigos en La Habana”. El agente además le dice a Rocha que tenía la “orden... de ponerse en contacto con usted para darle un mensaje. Sé que has sido un gran amigo nuestro desde tu paso por Chile”.
Los 25 años de carrera diplomática de Rocha transcurrieron bajo administraciones demócratas y republicanas, gran parte de ella en América Latina durante la Guerra Fría. Sus cargos diplomáticos incluyeron un período en la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba durante una época en la que Washington carecía de relaciones diplomáticas plenas con el gobierno comunista de Fidel Castro.
Fue el principal diplomático estadounidense en Argentina entre 1997 y 2000, mientras un programa de estabilización monetaria de una década de duración respaldado por Washington se estaba desmoronando bajo el peso de una enorme deuda externa y un crecimiento estancado, desencadenando una crisis política que haría que el país sudamericano pasara por cinco presidentes en dos semanas, recordó la agencia de noticias.
En su siguiente puesto, Rocha fungió como embajador en Bolivia entre noviembre de 1999 hasta agosto de 2002, dos meses después de las elecciones generales de ese año. En ese cargo, intervino directamente en la carrera presidencial, advirtiendo semanas antes de la votación que Estados Unidos cortaría la asistencia al pobre país sudamericano de elegir al dirigente cocalero Evo Morales.
“Quiero recordar al electorado boliviano que si votan por aquellos que quieren que Bolivia vuelva a exportar cocaína, eso pondrá en serio peligro cualquier ayuda futura a Bolivia por parte de Estados Unidos”, dijo Rocha en un discurso que fue ampliamente interpretado como un intento de mantener el dominio estadounidense en la región.
La táctica, destacó The Associated Press, enfureció a los bolivianos y le dio al entonces candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) un impulso de último minuto. Incluso, Morales dijo que por esa intervención Rocha se convirtió en “el mejor jefe nacional de campaña del MAS”.
“Gracias, señor embajador, usted fue el mejor jefe de campaña que tuve hasta ahora en mi carrera política. No se preocupe que llegando al gobierno buscaré su asesoramiento para ver la forma de cómo sacar a la DEA del país”, declaró Morales en ese entonces, según consigna el diario paceño La Razón.
Cuando finalmente fue elegido tres años después, el líder izquierdista expulsó al sucesor de Rocha como jefe de la misión diplomática por incitar a la “guerra civil”.
“Pasó mucho tiempo lamiendo estas heridas en Bolivia, donde provocó muchas críticas por lo que dijo sobre Evo Morales en medio de la elección”, dijo al diario El Nuevo Herald un funcionario que conoce a Rocha. “La gente después terminó diciendo que fueron esos comentarios los que consiguieron que Morales fuese elegido”.
Tras conocerse la detención de Rocha, Morales escribió en la red social X: “Que aprendan los renovadores. Primero, cuando le conviene, el imperio los utiliza para perseguir, masacrar y reprimir al movimiento indígena y popular. Cuando ya no le sirve, los procesa y defenestra. Manuel Rocha, mientras era servil a EE.UU. gozaba de la impunidad y reverencia de los neoliberales. Ahora que cayó en desgracia, sus mismos aliados como Tuto Quiroga, lo atacan”.
Rocha también sirvió en Italia, Honduras, México y República Dominicana, y de 1994 a 1995 fue director para Asuntos Interamericanos de la Casa Blanca ante el Consejo de Seguridad Nacional. Bolivia fue el último puesto de embajador que ocupó Rocha, quien terminó saliendo del Departamento de Estado poco tiempo después, según el Herald.
Las acusaciones contra Rocha de trabajar para promover los intereses del gobierno cubano provocaron la reacción de distintos políticos estadounidenses. El representante republicano por Florida, Carlos Giménez, reaccionó en su cuenta de X diciendo: “¡Se han destapado los tentáculos de la dictadura asesina de #Cuba en los Estados Unidos ¡Acabamos de arrestar a un embajador TRAIDOR que le ha servido de espía al régimen! ¡Estoy exigiendo una investigación de inmediato y la implementación de sanciones al régimen desde ya!”.
Por su parte, el senador republicano por Florida, Rick Scott, expresó estar alegre con el arresto de Rocha: “Me alegra que este criminal rinda cuentas ¡El régimen de Cuba NO PUEDE salirse con la suya! Esta es una prueba clara de que el régimen trabaja activamente para perjudicar a Estados Unidos. El continuo apaciguamiento de los dictadores por parte de Biden es vergonzoso”, escribió en X.
“¡Administración Biden, despierta!”: escribió también en X María Elvira Salazar, la representante republicana por Florida. “La Habana no duerme en su afán de infiltrarnos y causarnos daño. El régimen sigue siendo un peligro para nuestra seguridad nacional”.
El cargo presentado contra Rocha bajo la Ley de Registro de Agentes Extranjeros ha sido utilizado por fiscales de la Fiscalía de Estados Unidos en el pasado, incluido un caso pendiente contra el excongresista de Miami David Rivera, acusado de hacer lobby en nombre del gobierno venezolano sin registrarse como agente extranjero, indicó el Herald.
El delito también fue uno de los cargos presentados contra una red de espionaje cubana a fines de la década de 1990, cuando un grupo de agentes del gobierno cubano fueron acusados de espionaje y conspiración para derribar dos aviones de Hermanos al Rescate en el Estrecho de Florida, matando a tres ciudadanos estadounidenses y un cubanoamericano.
Según el diario The Daily Mail, Rocha nació en Colombia, pero creció en una familia trabajadora de Nueva York. Tiene una formación de estudios liberales en las más prestigiosas universidades de Estados Unidos como Yale, Harvard y Georgetown. En 1981, entró a la carrera diplomática. El gobierno afirma que Rocha estuvo trabajando en nombre de La Habana desde noviembre de ese año, asegura NBC News.
Se enfrenta al menos a tres cargos penales: conspiración para actuar como agente extranjero para defraudar a Estados Unidos; actuar como agente ilegal para un gobierno extranjero; y uso de pasaporte obtenido mediante declaración falsa. Se espera que se apliquen cargos adicionales a finales de esta semana, dijo el gobierno.
Rocha se había convertido en los últimos años en un analista reconocido de la situación de América Latina. Ha sido conferencista y ha trabajado en firmas que prestan servicios de asesoría.
El último empleo conocido de Rocha era en el bufete de abogados Foley & Lardner en Miami, donde se desempeñaba como asesor senior de negocios internacionales. Tras ser contactada por el Herald el domingo, la oficina dijo que el exdiplomático había dejado la oficina en agosto. “No representamos ni brindamos asistencia legal al embajador Rocha”, dijo una portavoz.
Sin embargo, el diario argentino La Nación aseguró que, en la actualidad, Rocha se desempeñaba como asesor de negocios de la consultora de comunicación española Llorente y Cuenca (LYC). El pasado septiembre la consultora comunicó la nueva incorporación. “Manuel Rocha asumirá el cargo de Senior International Business Advisor. Su principal responsabilidad será reforzar el entendimiento de diversos sectores a nivel global, incluidos los recursos naturales, y su contexto actual. Asimismo, también se encargará de fomentar las relaciones internacionales”, detalló LYC hace tres meses.
Antes de llegar a LYC y luego de su retiro como funcionario estadounidense, el exembajador inició su carrera en el mundo de los negocios. Fue presidente de una mina de oro en la República Dominicana operada, en parte, por la compañía canadiense Barrick Gold. Más recientemente, ocupó altos cargos en XCoal, un exportador de carbón con sede en Pennsylvania, y en Clover Leaf Capital, una empresa formada para facilitar fusiones en la industria del cannabis.
John Feeley, quien terminó una larga carrera diplomática sirviendo como embajador de Estados Unidos en Panamá, dijo que estaba “triste y consternado de que mi antiguo mentor resultó ser un topo cubano de carrera”, según consigna el Miami Herald.
Feeley, quien se retiró del Departamento de Estado por diferencias con la administración del presidente Donald Trump, detalló que la última vez que vio a Rocha se sorprendió de cómo un diplomático que había servido en administraciones de ambos partidos había abrazado tan plenamente el tipo de política de Trump.
“Es más que irónico que haya cultivado esta personalidad caricaturesca y que aparentemente todos se la hayan creído”, comentó.