El exembajador de Colombia en Venezuela Armando Benedetti pidió el miércoles protección del Gobierno colombiano después de denunciar amenazas, días después de protagonizar un escándalo sobre conversaciones filtradas que tuvo con la exjefa del gabinete de Gustavo Petro, Laura Sarabia.
“Le pido a la Fiscalía de Colombia que tome medidas urgentes para protegerme a mí y a mi familia. Tengo evidencia física de amenazas que hemos recibido de manera directa e indirecta provenientes de personas muy poderosas”, indicó el exembajador.
Estas declaraciones tienen lugar después de que Benedetti pidiera disculpas tanto a Petro como a Sarabia por sus comentarios en los audios filtrados en los que increpaba a la exjefa de Gabinete Laura Sarabia, señalando que se dejó llevar por “la rabia y el trago”.
Benedetti, además, ha indicado que está saliendo del país, pero por asuntos personales. “Mi salida del país nada tiene que ver con las amenazas de las que hemos sido víctimas mi familia y yo. Salgo a cumplir con un compromiso familiar previamente adquirido”, aseguró.
En los audios, Benedetti reprocha a Sarabia el supuesto mal trato que habría recibido tanto de ella como del presidente, Gustavo Petro, después de haber sido parte importante en la financiación de la campaña de este último, llegando incluso a deslizar la acusación de que ese dinero habría llegado por cauces irregulares.
En esas grabaciones, Benedetti también acusa al ya exministro del Interior, Alfonso Prada, y a su esposa, Adriana Barragán, de haber maniobrado para influir en la entrega de contratos públicos de la cartera que dirigía entonces.
Los señalados por el antiguo embajador en Caracas han salido al paso de estas acusaciones, exigiéndole que acuda a las autoridades a presentar pruebas de lo que está diciendo, mientras que Prada le ha denunciado ante la Fiscalía. Benedetti, ante el revuelo, aseguró en un primer momento que los audios fueron manipulados.
La semana pasada, Benedetti y Sarabia renunciaron a sus cargos, después de que ambos se vieran supuestamente involucrados en las presiones -intercepciones telefónicas ilegales incluidas- que sufrió la niñera de la exjefa de Gabinete, Marelbys Meza, a quien se acusó de haberle robado unos 6.500 euros.
Sarabia habría hecho uso de agentes de las fuerzas de seguridad para trasladar a Meza hasta una sala de un edificio inscrito a la Presidencia, donde, según denunció, fue sometida a una prueba del polígrafo para descubrir si era responsable de un robo de 31.000 euros, cifra casi cinco veces superior a la denunciada.