El que fuera jefe de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, aseguró que el actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, fue uno de los blancos militares señalados por el extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) con el objetivo de que las fuerzas paramilitares lo asesinaran.

Mancuso señaló que el exsubdirector del DAS, José Miguel Narváez, solicitó varias veces a las autodefensas que asesinaran a Petro y al actual ministro de Exteriores colombiano, Álvaro Leyva, informa RCN Radio.

“Recibimos listados del DAS para asesinar a varias personas, especialmente de izquierda, que eran consideradas peligrosas para el país, José Miguel Narváez decía que había que matar a Gustavo Petro y Álvaro Leyva, que eran voceros de la guerrilla, porque no convenía que esas personas llegaran al poder, también a otros dirigentes como Wilson Borja”, declaró.

Asimismo, indicó que el DAS le entregó información para que cometieran los asesinatos de Petro y Leyva, agregando que el exsubdirector del extinto organismo fue un “hombre clave” en los hechos que cometían las autodefensas en las áreas urbanas.

Petro, por su parte, ha reaccionado a las declaraciones del excomandante de las AUC, indicando que logró “frenar” las operaciones en su contra “sin ayuda de los gobiernos”.

“Según Mancuso, José Miguel Narváez, desde el DAS, ordenó asesinarme. El DAS ponía mis escoltas. De las operaciones en mi contra logramos información previa sin ayuda de los gobiernos y logramos frenarlas. Por eso aún escribo por aquí”, explicó a través de Twitter.

En su último intento por ser acogido por la justicia especial de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia, Mancuso ha dado detalles sobre la supuesta sintonía entre los escuadrones paramilitares y las élites políticas y empresariales de Colombia durante el conflicto armado, alianza que tenía la finalidad de suministrar información sobre personas que se consideraban objetivo militar.

Asimismo, también ha asegurado ante la JEP que “ni un solo oficial superior” del Ejército puede negar haber participado con él en operaciones de apoyo, asegurando que la relación entre mandos militares y paramilitares sirvió también para poner freno al avance de las guerrillas e incluso para ocultar el número de víctimas que sus operaciones dejaban a su paso, reconociendo la existencia de los llamados “hornos” en los que eran arrojadas para hacerlas desaparecer.