Por primera vez en la historia de las Farc, siete exlíderes de la guerrilla reconocieron que los secuestros eran parte de sus tácticas de guerra contra el gobierno de Colombia.

La cúpula de la guerrilla responde así a las acusaciones de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) quien le imputó al grupo cientos de crímenes de guerra y de lesa humanidad.

En enero de este año fue la primera vez desde la firma del acuerdo de paz de 2016 que la JEP atribuye responsabilidad penal a exlíderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se desmovilizaron para reintegrarse a la sociedad.

“Privar a las personas de su libertad y establecer condiciones para su liberación, así como su bienestar, integridad y vida, fue un crimen de guerra, especialmente la toma de rehenes”, dijo la JEP en un comunicado leído por la magistrada Julieta Lemaitre.

En el texto presentado esta jornada, los exlíderes además se comprometen a identificar a al menos a 100 personas que fueron secuestradas, ejecutadas y enterradas.