De visita en Santiago para participar de la VI Conferencia anual ICON-S - el mayor encuentro de derecho público del mundo celebrado por primera vez en Latinoamérica- que está desarrollando en la Universidad Católica, Beth Simmons académica de la Universidad de Pensilvania, se topó con la crisis del norte ante la masiva llegada de venezolanos al paso Chacalluta. "Me llamaron, conversé con autoridades y voy a ir a ver la situación", cuenta en entrevista con La Tercera. Actualmente esta experta en derecho internacional y de derechos humanos trabaja en un proyecto donde intenta documentar y explicar la paradoja del endurecimiento de las fronteras internacionales en plena globalización.
Esta semana el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a amenazar con nuevas redadas migratorias y aseguró que comenzarán en los próximos días. "Después del 4 de julio, mucha gente va a tener que salir", dijo el líder de la Casa Blanca. Sobre esta problemática que ha marcado el gobierno del líder republicano que busca la reelección, Simmons señaló que en Estados Unidos "todo eso representa problemas importantes. Si no fuera de esta manera tendríamos una discusión decente sobre lo que realmente se necesita para nuestra seguridad fronteriza".
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Beth Simmons, profesora de la Universidad de Pensilvania, durante el Icon-S 2019, el mayor encuentro de derecho público del mundo celebrado por primera vez en Chile.[/caption]
En palabras del Presidente Donald Trump la política migratoria busca garantizar la seguridad fronteriza y terminar con la inmigración ilegal. ¿Por qué genera tanta polémica?
Hay que entender que en este momento la política fronteriza está muy polarizada en Estados Unidos. He hablado con distintas personas en Chile y, a modo de comparación, no está ni tan polarizado ni politizado el problema como en Estados Unidos. La razón en dos palabras es: ansiedad cultural. En Estados Unidos hay miedo sobre la gente que viene a nuestro país porque no habla nuestro idioma, no entiende nuestras costumbres, y porque también hay elementos de racismo involucrados. Son preocupaciones que Chile no tiene con los venezolanos que llegan hasta la frontera. Algunos americanos tienen cierta nostalgia por un país en el que sus vidas no tienen que tocar diferencias culturales. Y eso es un hecho real.
Pero no se trata solo de eso. También hay una preocupación económica que está relativamente relacionada con la fuerza laboral, en una economía como la de Estados Unidos que está cambiando de manera drástica. Los venezolanos que llegan a Chile tienen un nivel relativamente alto de educación, algunos tienen estudios universitarios y la mayoría terminó la secundaria, esa es una gran diferencia sobre la gente que llega hasta Estados Unidos.
Los problemas relacionados con la política fronteriza no son nuevos. Sin embargo la implementada durante el gobierno de Trump ha recibido importantes crítica. ¿Existen problemas de legalidad, por ejemplo?
Considerando la ley internacional, los refugiados tienen el derecho de pedir asilo pero también tienen que ver sus pedidos y su situación cuando aparecen en la frontera de un país. Lo que mucha gente critica es que Estados Unidos no está tomando en serio la responsabilidad de ver estos pedidos, que se están derivado las aplicaciones a México -que de alguna manera sería exportar nuestra responsabilidad fronteriza- y otros discuten que también hay aspectos de legalidad de por medio. Uno por ejemplo, es el uso de la fuerza militar de Estados Unidos a lo largo de la frontera. Estados Unidos desplegó la Guardia Nacional, entonces también hay problemáticas sobre el rol apropiado de las Fuerzas Armadas, porque no está ocurriendo un combate, pero es un simbolismo que va más allá del invitado no deseado.
¿Entonces el principal problema está en las señales, la retórica y el trato hacia los migrantes?
Todo eso representa problemas importantes. Si no fuera de esta manera tendríamos una discusión decente sobre lo que realmente se necesita para nuestra seguridad fronteriza. No obstante, ahora existe una discusión partidista. Por un lado tienes a la gente del Partido Republicano en el Congreso y al Presidente Trump que construirían muros, como principal característica de su política de seguridad. Y por otro lado, a los legisladores Demócratas con mayoría en la Cámara de Representantes, que ponen más énfasis en el buen comportamiento y en los derechos de las personas que intentan ingresar a Estados Unidos. Esto se transforma en un problema muy complicado que se ha extendido a lo largo del tiempo y que ha alcanzado un alto nivel de atención.
Hay datos, informes y cifras que señalan que Barack Obama deportó más gente que Donald Trump. ¿Qué tan correcta es esa afirmación?
No tengo los números exactos, no puedo decirte si eso es verdadero o falso. Lo que puedo decirte es que bajo la administración de Barack Obama mucha gente también fue deportada. Mi entendimiento es que la concentración de esfuerzos era diferente. La administración de Obama apuntaba a la gente por sus registros criminales y se preocupaban mucho más de ese tipo de peligro, a diferencia del gobierno de Donald Trump que tiene una política de no tolerancia. Una política que básicamente señala que, si tú ingresas sin permiso te tienes que ir, y nada importa si estás indocumentado. Si un menor nació en Estados Unidos y sus padres no, y no tienen papeles se tienen que ir...
La separación de familias tampoco es algo nuevo...
Pero nunca se ha implementado de esta manera. Había muchísima tolerancia hasta que llegó la administración de Trump. Él responde a una demanda basada en el enojo. Estados Unidos se enfrenta a un dilema -Chile enfrenta el mismo problema- donde primero hay que validad que son familias, porque también hay muchos adultos que pueden intentar tomar ventaja de esto, ahí aparece el tráfico de menores y otras vulnerabilidades. El dilema de entrar ilegal es que tampoco puedes mantener a los niños detenidos. ¿Qué se debe hacer? Debemos enviar a los niños con otros familiar o buscar soluciones, pero la mayoría reclama que la situación se ha vuelto insostenible.
¿Cuáles son sus sugerencias como experta en materia de derecho internacional?
Una opción es utilizar redes de emergencia para tener más fuentes y más establecimientos de la Corte de manera móvil de lugar a lugar. Se puede mejorar muchísimo con la utilización de expertos que ayuden a revisar cada caso, se pueden encontrar maneras de seguir a la gente sin detenerla. Podrían ponerles un brazalete por ejemplo. Estoy hablando de medidas de emergencia.
Sin embargo, el problema real es que no tenemos una política de inmigración decente. Gracias a la politización no tenemos una solución que todos quieran respaldar, este es un tema de larga data que venía con Obama y que uno pudo pensar iba a mejorar con los Republicanos, pero no fue así. Se ha vuelto incluso más complejo por el tema del bipartidismo y las demandas de cada lado.
En el marco de la carrera por la Casa Blanca. ¿Puede esta crisis afectar a la reelección de Trump?
Creo que para quienes lo apoyan él hace exactamente lo que esperan. Son los mismos que piensan que para no separar a las familias, los inmigrantes no deberían venir a Estados Unidos y que bajo ninguna circunstancia deberían internarlo ilegalmente. También está todo el tema de los DACA (la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) o los dreamers, y las verdaderas motivaciones que hay para atacar esos programas. De todas formas, como en todo, también están quienes votaron por Trump pero no les gusta esto.
¿Qué pasa con quienes defienden esta política migratoria apelando a la seguridad?
Eso es porque entre estos grupos hay delincuentes, criminales o incluso situaciones en las que crímenes fueron cometidos por algún indocumentado. Pero también es cierto que las tasas de crimen han bajado.
Con todo lo que hemos visto en los últimos meses. ¿Tocó fondo el sistema migratorio estadounidense?
No creo que estemos en un punto de quiebre. El problema es que tenemos un Presidente que ha abusado de su poder para declarar que hay una emergencia nacional en la frontera. No se centra en un crimen, de una ilegalidad o inconstitucionalidad, es un abuso de poder. El sistema no está quebrado, pero no funciona tampoco.
Chile enfrenta su propia crisis en el norte con la masiva llegada de venezolanos. ¿Sabía algo de esto antes de venir a Santiago?
El problema de Chile es similar al que ocurre en otras partes del mundo. Pero quienes llegan a Chile tienen el mismo idioma, habilidades similares y cuentan con educación. No crean el mismo temor o ansiedad cultural. En Estados Unidos no sería igual si llegaran canadienses. Leí en la prensa un par de semanas antes de venir y hablé con algunas autoridades fronterizas, también voy a ir a ver la situación de la frontera al norte.