La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, denunció este martes que se está atentando contra su salud al mantenerla en la cárcel cumpliendo prisión preventiva acusada de participar en un supuesto golpe de Estado contra el exmandatario Evo Morales en 2019.

Áñez, quien desde el pasado jueves padece problemas de salud por hipertensión, consideró que el Estado está dispuesto a “arriesgar” su vida al mantenerla entre rejas y no ser trasladada a un centro médico como pide, en una carta escrita de su puño y letra desde prisión.

“No confío en los médicos del gobierno. Ellos son parte del sistema de abuso y represión y ya han demostrado que están dispuestos a arriesgar mi vida, inyectándome medicación de alto riesgo sin precauciones ni estudios previos, con el solo fin de mantenerme en sus celdas”, argumentó en la misiva.

“Ya se llevaron mi libertad y ahora atentan contra mi salud”, agregó.

Una representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Bolivia acudió durante el fin de semana al penal para verificar las condiciones en las que se encuentra Áñez, pero todavía no se ha pronunciado al respecto.

La exmandataria cumple seis meses de prisión preventiva en una cárcel de mujeres de La Paz bajo supervisión médica, después de haber sido trasladada en la madrugada del sábado desde otro presidio capitalino para monitorear su estado de salud. Áñez está acusada de delitos de sedición, terrorismo y conspiración, en base a la denuncia de una exdiputada oficialista del Movimiento Al Socialismo (MAS).

“Hoy la dictadura me imputa por delitos que no he cometido. Jamás fui terrorista. Asumí la Presidencia por sucesión constitucional para pacificar Bolivia. No hubo golpe, hubo fraude”, aseveró en su misiva.

La expresidenta interina fue detenida hace diez días en la ciudad de Trinidad, capital del departamento amazónico de Beni (noreste), por orden de la Fiscalía.

También fueron aprehendidos sus exministros de Justicia y Energía y pesan órdenes de detención contra otras personalidades, entre ellos el líder cívico de la rica región de Santa Cruz, el derechista Luis Fernando Camacho, gobernador electo de ese departamento, además de altos cargos militares y policiales.

Áñez era segunda vicepresidenta del Congreso cuando accedió interinamente a la presidencia boliviana en noviembre de 2019 por la renuncia, junto a Morales, de todos los cargos anteriores en la cadena de sucesión.