El expresidente boliviano Evo Morales anunció sus planes de regresar a Bolivia pero advirtió que no tiene pensado asumir un puesto en el próximo gobierno que, según los resultados electorales preliminares, recaería en su delfín Luis Arce.
En una conferencia de prensa brindada en Buenos Aires al día siguiente de las elecciones en las que Arce se habría impuesto con la mayoría de los votos, Morales también dijo que si Estados Unidos quiere retomar las relaciones diplomáticas con su país lo haga “con respeto”.
“Tarde o más temprano vamos a volver a Bolivia. Eso no está en debate... es cuestión de tiempo”, señaló el exmandatario, refugiado en Buenos Aires desde noviembre de 2019 luego de renunciar a la presidencia en medio de la convulsión que se produjo tras las elecciones generales en las que buscaba su cuarto mandato consecutivo y que fueron anuladas por denuncias de fraude.
Al ser consultado sobre cuál sería su rol luego de volver, Morales señaló que “yo estoy en la zona del trópico, de Cochabamba, voy a volver a ser agricultor o pequeño productor”.
Sin embargo, indicó que está en contacto con Arce y apuntó que “con Lucho presidente y David (Choquehuanca) vicepresidente vamos a sacar adelante a Bolivia, vamos a enfrentar la crisis económica, la crisis sanitaria”.
Morales calificó a Arce como “uno de los mejores economistas de América Latina” y un hombre “con mucha cualidad humana, muy solidario, muy honesto”.
En Bolivia, el candidato de centro y expresidente Carlos Mesa reconoció el lunes su derrota aunque aún no se conocen los resultados oficiales.
Con poco más del 31% de las actas de votación escrutadas Arce parecía consolidar su victoria.
Al referirse a Estados Unidos, señaló que la política del Movimiento al Socialismo (MAS) -el partido que él lidera- consiste en “tener relaciones con todo el mundo”, incluido el país norteamericano, pero aclaró que deben ser “de respeto mutuo”.
Recordó que en 2008, “por una cuestión de dignidad del pueblo boliviano”, tomó la decisión de expulsar al entonces embajador estadounidense y afirmó que si ese país quiere retomar las relaciones “bienvenido, pero que nos respete, que respete la dignidad y la soberanía del pueblo boliviano”.
Por su parte, el estadounidense Michael Kozak, subsecretario de Estado adjunto del Departamento de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, describió el lunes las elecciones bolivianas como “pacíficas y creíbles”. “El Presidente Trump y los Estados Unidos tienen ganas de trabajar con el nuevo gobierno boliviano electo en intereses comunes para nuestros ciudadanos. Estados Unidos ha demostrado que puede ser un aliado de éxito de una gran gama de gobiernos”, dijo Kozak.