Fallece papa Francisco: ¿Qué pasa cuando muere un papa?
Luego de una extensa estadía en el Hospital Gemelli, en Roma, el papa Francisco ha fallecido a causa de afecciones pulmonares que fueron progresivamente debilitando su condición. Con su fallecimiento, la Iglesia Católica se enfrenta a un proceso de “sede vacante”, que concluirá con el nombramiento de su sucesor.

La muerte de un papa es una de las instancias más inciertas para la iglesia católica y sus feligreses, por ello, a lo largo de los siglos, se ha elaborado complejos rituales para entregar calma en este período de duelo a sus seguidores, a la vez que permiten reestructurar de manera organizada a una de las instituciones más antiguas del mundo.
Con la muerte del papa Francisco confirmada, la iglesia entró en periodo de “sede vacante”, y sus restos han sido vestidos en una sotana blanca y trasladados a la capilla privada del papa.
El cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, de 77 años, estará a cargo de la administración del vaticano hasta que se elija al próximo sumo pontífice. Es también, quien estará a cargo de la primera ceremonia por el deceso de Francisco, en la que el cuerpo del papa se debe vestir de rojo para luego ser depositado en un ataúd de madera forrado en zinc.

La acción que sigue a esta ceremonia corresponde a la destrucción con un martillo del anillo del papa, conocido también como anillo del pescador, que el papa utiliza para sellar documentos. El fin de este procedimiento es evitar posibles falsificaciones.
Francisco, para asegurar que su deceso reflejara la austeridad de su vida, modificó los lineamientos para funerales papales. A diferencia de sus predecesores, no será puesto en un pedestal en la Basílica de San Pedro para que sus restos embalsamados sean velados y visitados. En su lugar, se celebrará un velatorio público en la mencionada Basílica, y su cuerpo se mantendrá dentro del ataúd.

La fecha y horario del velatorio serán determinadas por El Colegio Cardenalicio. Según la tradición, el funeral y entierro del papa se deben realizar dentro de los cuatro y seis días posteriores a su deceso. En Roma, los ritos funerarios pueden extenderse hasta por nueve días.
La noche antes a su entierro, el rostro de Francisco será cubierto con un velo de seda blanca, y se pondrá junto a él una bolsa de monedas acuñadas durante su papado, al igual que un frasco con un rogito, que corresponde a escrituras que describen brevemente los detalles de su vida y obra como papa, que serán leídos antes de que se cierre su ataúd.
Las modificaciones realizadas en vida por Francisco, podría marcar un cambio en el lugar de entierro de sus restos. Quienes le antecedieron fueron enterrados es las Grutas Vaticanas, pero ahora, existe la posibilidad de que sus restos sean dispuestos en la Basílica de Santa María la Mayor.
El último hito que le seguirá a la muerte de Francisco es la realización del Cónclave, Que podemos esperar sea conformado dentro de los próximos 15 a 20 días. El decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, convocará a otros cardenales para decidir quién será el próximo líder de la Iglesia Católica. Previo a su hospitalización, Francisco extendió el mandato de Battista Re en este cargo.
El Colegio Cardenalicio será también el órgano a cargo de la supervisión general de la Iglesia Católica hasta la nominación de un nuevo papa.

Las reuniones del Cónclave tendrán lugar en la Capilla Sixtina. Los cardenales electores, que corresponden a aquellos menores a 80 años, deberán prestar juramento de secreto y emitir su voto anónimo. Durante este período electoral, los cardenales no pueden abandonar el cónclave, hospedándose en la Casa de Santa Marta, construida con el fin especifico de albergarlos durante este aislamiento.
Los cardenales deberán votar reiteradamente hasta que se obtenga una mayoría de dos tercios. Posterior a cada votación, las papeletas son incineradas junto con un aditivo que produce un color, su humo sale por una chimenea que puede ser observada desde la Plaza de San Pedro. Si luego de una votación no se define un nuevo papa, la humareda será negra. Cuando se llegue a acuerdo, el humo será blanco.
Luego, el decano Battista Re, consultará al elegido como sucesor si acepta el cargo, con lo que, a su confirmación, dirá con qué nombre asumirá como papa. Se realizará una sacristía en la capilla, y se dirigirá a un balcón de la Basílica de San Pedro, donde un cardenal de alto rango proclamará Habemus papam o “Tenemos un papa”.
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