Colombia es el país sudamericano que hasta ahora registra el mayor número de inmigrantes venezolanos. De los cerca de 2,3 millones de venezolanos que según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) han salido de su país, cerca de un millón ha llegado a Colombia. Migración Colombia ha contabilizado a septiembre de este año a 935.593 venezolanos, de los cuales 468.428 están regularizados. Pero así como el número de estos ciudadanos aumenta día a día en el país cafetero, también aumenta significativamente el número de venezolanos fallecidos por causas violentas.

Un informe del Instituto de Medicina Legal de Colombia informó el lunes que 310 venezolanos han muerto violentamente entre enero y septiembre de este año. La cifra representa un incremento de 220 casos (244%) con respecto a los registrados en el mismo período en 2017. Entre los fallecidos, 254 eran hombres y 56 mujeres.

La causa más común es el homicidio, con 174 casos (56%), seguido por los accidentes de tránsito (19%), los provocados por muertes accidentales y suicidios. Entre los fallecidos, 37 venezolanos eran menores de edad, 156 tenían entre 18 y 28 años, 110 entre 29 y 59, mientras que siete eran mayores de 60 años.

La mayor parte de los casos se concentra en el departamento Norte de Santander con 76 casos, La Guajira con 46, Atlántico con 40, Arauca con 30 y Bogotá con 18 homicidios en lo que va de este año.

Un informe previo de la Policía Nacional de Colombia, contabilizaba 143 venezolanos fallecidos de forma violenta, de los cuales 53 fueron perpetradas por sicarios, 42 por riñas y 16 estaban vinculadas a acciones del ELN y de las disidencias de las FARC.

Dinero para enterrarlos

Junto a estas cifras hay otra cruda realidad. La falta de recursos de los venezolanos -motivo por el cual dejan su país en busca de mejores oportunidades- muchas veces les impide a los familiares poder pagarles un entierro, una cremación, y mucho menos una repatriación.

Alba Pereira es presidenta de la Fundación Entre Dos Tierras y conoce esta realidad de cerca. La Fundación para la que trabaja ayuda a cerca de 600 venezolanos por día en Bucaramanga con alimentos, medicamentos, atención jurídica, migratoria y psicológica. Pereira cuenta a La Tercera que "en el mes de abril nos tocó como Fundación responder por el entierro de tres personas, ya que el gobierno regional alega no tener dinero para ejecutar acciones en pro del éxodo". Para los tres casos, Alba Pereira explica que tuvo que pedir limosna para poder pagar una cremación que cuesta cerca de 800 mil pesos colombianos (US$ 259), o un entierro, que el más barato cuesta 1 millón 500 mil pesos colombianos (US$ 486).

De todos modos, para el caso de la repatriación, Migración Colombia ha asegurado que son las propias entidades venezolanas las que pueden prestar apoyo a las familias de los fallecidos, y que es responsabilidad de ellas gestionarla.