"Tenemos barcos rusos flotando cerca, listos para atacar desde el mar. Y cada provocación puede convertirse en una guerra. Esto es un polvorín", advirtió a la emisora Radio Free Europe/Radio Liberty, Galina Odnorog, cofundadora del Movimiento Social de Mariupol en Ucrania, en una clara evidencia de la tensión que se vive en el Mar de Azov, que separa a Ucrania y Rusia.

El choque entre ambos países se reavivó el domingo, cuando buques ucranianos que intentaban ingresar en el estrecho de Kerch para llegar al Mar de Azov, fueron interceptados por guardacostas rusos, que dependen de los servicios de seguridad (FSB). Luego de dispararles, las fuerzas de seguridad rusas capturaron a dos patrulleras y un remolcador ucranianos, además de los 24 marinos a bordo, acusándolos de haber entrado ilegalmente en las aguas territoriales rusas.

Rusia calificó el incidente como una "provocación", mientras que Ucrania denunció un "acto de agresión" de Moscú y reclamó la liberación de sus marinos y el regreso de sus navíos. El incidente se transformó en la primera confrontación militar abierta entre Rusia y Ucrania desde la anexión de Crimea en marzo de 2014.

Ante esto, el Parlamento ucraniano aprobó el lunes una propuesta del Presidente Petro Poroshenko de imponer la ley marcial durante 30 días en las zonas que limitan con Rusia. Esto despertó suspicacias de los observadores occidentales, que vieron esta acción como un intento eventual de suspender las elecciones de marzo de 2019, en las que el mandatario no tendría posibilidades de triunfar.

"El ganador de este incidente es Poroshenko, que consiguió introducir una ley marcial por 30 días. Esto le da poder extra, que puede ser usado para profundizar su agenda preelecciones. Es cuestionable si esto le ayudará a vencer a Yulia Tymoshenko, que lidera las encuestas", explicó a La Tercera Balazs Jarabik, investigador del centro de estudios Carnegie Endowment.

El Kremlin advirtió ayer que la declaración de una ley marcial podría desencadenar un estallido de hostilidades en el este de Ucrania, mientras que Kiev culpó a Rusia por hacer alarde de los marineros ucranianos capturados en la televisión.

La Justicia rusa dictaminó ayer la prisión preventiva hasta el próximo 25 de enero para 12 de los 24 marineros apresados. Se espera que hoy comparezcan ante un juez el resto de los marinos.

Por otro lado, Poroshenko señaló que Rusia reforzó drásticamente su presencia militar en la frontera ucraniana. "El número de tanques en las bases (militares rusas) situadas a lo largo de nuestra frontera se triplicó", declaró.

Las tensiones entre Ucrania y Rusia se agudizaron luego que Rusia anexara Crimea en 2014 y también por el respaldo que ha otorgado a los separatistas prorrusos en el Donbass. Las escalada se reavivó en 2016 con la construcción por parte de Moscú de un controvertido puente de 19 kilómetros sobre el estrecho de Kerch -que tuvo un costo de US$ 3.600 millones- para conectar la Crimea anexada con Rusia. La estructura fue inaugurada en mayo de este año por el propio Vladimir Putin conduciendo un camión.

"Mientras que la ley internacional y el tratado de Azov de 2003 se encuentran firmemente del lado de Ucrania, la realidad local es diferente. Para Rusia la seguridad del puente de Kerch es su máxima prioridad y eso requiere minimizar la presencia naval de Ucrania. A los rusos no les importa el territorio ucraniano donde hay todavía mucha simpatía hacia Rusia", Jarabik.

"El incidente ocurrió mientras un grupo de barcos se movilizaban desde Odessa hacia Mariupol para fortalecer a un grupo en el Mar de Azov. El despliegue de nuevos barcos en el Mar de Azov le daría ahora a Ucrania una ventaja importante en estas aguas respecto de las fuerzas rusas, que están compuestas de desarmados botes de patrullaje de la Guardia Costera y del FSB", añadió.

Importancia estratégica

El Mar de Azov es una zona de pesca desde el tiempo de la Unión Soviética y ha sido de gran importancia estratégica para Ucrania desde su independencia en 1991. De hecho, es una ruta crucial para las exportaciones de cereales o acero producidos en el este de Ucrania.

En un artículo del think tank polaco Centro de Estudios del Este (OSW), el analista Krzysztof Nieczypor, señaló que la construcción del puente ha deteriorado las relaciones entre Moscú y Kiev. De hecho, recuerda que desde abril de este año Rusia ha detenido a los barcos ucranianos que cruzan el estrecho, lo que ha limitado las operaciones de los puertos en Azov. Esto ha afectado la economía de Ucrania, cuya exportación de productos representa gran parte de sus ingresos. Se estima que las pérdidas anuales estarían entre US$ 20 millones a US$ 40 millones anuales.

Para los expertos el incidente puede tener consecuencias tanto militares como políticas. "No deberíamos esperar que Rusia adopte una ofensiva militar de gran escala contra Ucrania en el futuro cercano, ya que esto unificaría a la sociedad ucraniana frente a una amenaza. Moscú espera que el ganador de las elecciones del próximo año en Ucrania lleve adelante una política más favorable al Kremlin. Es más, probablemente tratará de usar los eventos en el Mar de Azov en su propaganda doméstica para mejorar sus alicaídos índices de aprobación", señaló el OSW.