Japón es una nación de contrastes, al menos en lo que a la tecnología se refiere. En el país oriental, famoso por sus tradiciones y ritos, conviven trenes bala, robots de última tecnología y un imaginario colectivo asociado a la modernidad impulsado por películas como Akira, y también la utilización del fax como dispositivo de comunicación, las llamadas telefónicas en vez de los mensajes de voz y el pago en efectivo en desmedro del uso de tarjetas sin contacto.

“Tengo algunos clientes que me piden pagar con tarjeta de crédito diciendo que no tienen dinero en efectivo. Les digo que vayan a sacar dinero del cajero automático”, dijo a Al Jazeera Ryuichi Ueki, quinta generación de propietarios de Asahi, un restaurante de ramen en el histórico barrio de Asakusa de Tokio, capital nipona. Ni él ni su familia están interesados en pagar comisiones ni aprender cómo se utilizan las máquinas de pago digital, lo que no es síntoma de un caso particular, sino de toda una nación.

El uso del efectivo

La tercera economía del mundo ha demostrado con el paso de los años que no está dispuesta a cambiar algunas de sus tradiciones, entre ellas, el uso del efectivo en lugar de las tarjetas. Mientras Corea del Sur registró que el 93% de los pagos de 2022 se hicieron utilizando el plástico, en Japón la cifra se situó en el 36%, detalló Al Jazeera. Según el Ministerio de Economía, Comercio e Industria, dicho porcentaje se ha duplicado solo en los últimos años.

Imagen de monedas y billetes japoneses, los que aún se usan mayoritariamente en el pago de transacciones. Foto: Reuters

Fax y Hanko

Los dos objetos son ejemplo de ambas caras de una moneda: modernidad (al menos 20 años atrás) y tradición. El fax, objeto por el que se enviaban (o envían, en el caso de Japón) documentos impresos a través de grandes distancias, va de la mano con el Hanko, o sello personal. Y los dos sobreviven hasta la actualidad.

Los hanko o sellos para firmar contratos y aprobar documentos.

Según Tokyo Weekender, para 2020 el gobierno realizó una encuesta midiendo cuántos hogares cuentan con fax aún. La respuesta fue que el 34% de la población aún los tenía. En las instituciones gubernamentales, la herramienta de envío de documentos –el mismo que el museo Smithsonian de Estados Unidos incluyó en su muestra sobre la historia de la tecnología en 2013, recordó The New York Times– sigue siendo clave para realizar muchos trámites oficiales.

El Hanko, por otro lado, es el sello personal de una persona con el que incluso hoy abren cuentas bancarias y firman paquetes, cual carta medieval. Si bien ya no utilizan cera, en muchos servicios públicos aún se utilizan estos objetos a modo de firmas digitales, una vez el documento a certificar llega a través del fax.

El CD

Símbolo de toda una generación, hoy prácticamente olvidados en Occidente y gran parte del mundo, los CD siguen no solo anclados en el corazón y el sentimentalismo de los japoneses, sino que también a la burocracia.

Para 2019, el 70% de las ventas relacionadas con la música se hicieron en formato CD. En 2020, en tanto, dicho modo de almacenamiento aún generaba más ventas que el digital. Según Tokyo Weekender, esto se debe a que los artistas sacan álbumes con múltiples carátulas y fotografías en el folio que acompaña al disco, lo que es coleccionado por los seguidores.

En el área institucional, la Agencia Digital de Japón, órgano estatal encargado de impulsar la digitalización de la nación oriental, calcula que cerca de 1.900 trámites intergubernamentales dependen de tecnologías consideradas obsoletas en otros países, tales como el uso de CD, minidiscos e incluso disquetes, consignó Al Jazeera.

Tarjetas de presentación

Este punto podría ser un poco más común en Occidente, podría pensar uno. Y en cierta medida, así es, considerando que embajadores y altos cargos aún disponen de algunas de estas tarjetas de presentación que incluyen el nombre, cargo y contacto de la persona. Sin embargo, no cuentan con la ceremoniedad que el pueblo japonés aún le imprime.

En el ámbito de las finanzas, no solo es bien visto el contar con una tarjeta de presentación, sino que es obligatorio. Ahí viene el intercambio de tarjetas, conocido como meishi koukan. En este ritual, el que cuenta con demarcadas reglas y orden, se entrega la tarjeta que, según el sitio web especializado en cultura y trabajo japonés, Wa-Shoku, simboliza la encarnación misma del dueño, y arruinar el papel o tratarlo con poco respeto puede acarrear perder oportunidades comerciales.

Para intercambiarla, se debe extender la tarjeta con ambas manos para luego recibir humildemente la que te entregan, también con ambas manos. Típicamente, las personas de mayor rango intercambian primero. Además, la parte visitante suele iniciar la ceremonia.

Una pantalla en Tokio retransmite una conferencia de prensa del entonces primer ministro de Japón, Shinzo Abe, en medio de avisos publicitarios. Foto: Reuters

El arte de las palabras

A diferencia de las pantallas gigantes de máxima definición en las grandes urbes occidentales, en Japón optan por las palabras dibujadas, y no solo para el comercio. En la televisión son comunes las burbujas de colores brillantes que enfatizan las palabras enunciadas por las personas, como una suerte de subtítulo de lo que están diciendo.