La Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) puso en marcha un mecanismo en la capital, Washington D. C., para monitorear posibles amenazas en el marco de las elecciones presidenciales, previstas para este martes.
El subdirector adjunto de la división de Investigación Criminal del FBI, James Barnacle, detalló en un comunicado que la oficina, que cuenta con 80 trabajadores, funcionará las 24 horas del día en coordinación con socios estatales, locales y federales.
Barnacle indicó, además, que ha habido un ligero aumento en las amenazas informadas al centro en comparación con las elecciones pasadas. Entre ellas se encuentran campañas de injerencia extranjera, intimidación contra trabajadores electorales, actos de violencia a nivel doméstico o amenazas cibernéticas.
Las labores de la oficina, que comenzaron el pasado viernes se extenderán por lo menos hasta este sábado. “Cuando la información sea amenazante y llegue a violar las leyes federales es entonces cuando actuaremos”, agregó.
Este trabajo del FBI se realiza en coordinación con la Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad y la Comisión de Asistencia Electoral de EE.UU., organismos que han difundido un documento con el fin de ayudar a las partes interesadas a defenderse contra amenazas que puedan materializarse durante el ciclo electoral.
Por años, colaboradores en el sector federal, estatal, local y privado en todo el país han trabajado en estrecha colaboración para respaldar a los funcionarios estatales y locales a proteger la infraestructura electoral contra amenazas cibernéticas, físicas e internas.
Según el FBI, gracias a estos esfuerzos, no hay evidencia de que los actores maliciosos hayan cambiado, alterado o eliminado votos o hayan tenido algún impacto en el resultado de las elecciones en los Estados Unidos.