El volcán Taal escupió este lunes lava y una gigantesca columna de cenizas y humo al sur de la capital de Filipinas, donde cientos de vuelos internacionales fueron cancelados por miedo a una inminente erupción "explosiva".

Una fina capa blanca cubría las casas y calles de los alrededores del volcán, situado a 65 kilómetros de Manila, causando caos en el tráfico.

Al menos 20.000 personas se han refugiado en centros de evacuación, informó el gobernador provincial.

Los geólogos afirmaron que el volcán seguía activo y echaba lava a unos 500 metros de altura desde una nueva grieta, en el flanco norte. También se sintieron temblores en la zona.

"Estamos realmente asustados por lo que nos pueda pasar (...) que nuestra casa pueda derrumbarse en un fuerte terremoto y que todos muramos bajo los escombros", dijo Bienvenido Musa, de 56 años.

"¿Quién no tendría miedo? Por eso decidí enviar a mi familia a un centro de evacuación", dijo.

El volcán, que se encuentra en medio de un lago de cráter en un área muy turística, es uno de los más activos del archipiélago, que es una zona de intensa actividad sísmica debido a su posición en el Cinturón de Fuego del Pacífico.

Los colegios de la región, algunas las oficinas gubernamentales en Manila y la Bolsa filipina permanecían cerrados por precaución.

Las máscaras anticontaminación se agotaron en las tiendas después de que las autoridades advirtieran que la ceniza podía causar problemas respiratorios, sobre todo en los niños y en las personas con enfermedades pulmonares.