Fiscales cubanos convocaron el jueves a líderes disidentes en el país que planean una serie de protestas el 15 de noviembre por las libertades a los derechos civiles y les advirtieron que no continúen adelante con sus esfuerzos para marchar incumpliendo con las leyes de la nación.
Líderes de las anunciadas manifestaciones, miembros de un grupo de Facebook llamado Archipiélago, llamaron a los cubanos que se reúnan en noviembre por el derecho a la protesta pacífica y una amnistía para los opositores al gobierno encarcelados. El grupo dice contar con unos 20.000 miembros, muchos de los cuales viven fuera del país.
El gobierno cubano negó la semana pasada el permiso a Archipiélago para efectuar las protestas, alegando que los organizadores tenían “vínculos con algunas organizaciones subversivas” y una “intención manifiesta de promover un cambio de sistema político en Cuba, según una carta de las autoridades a opositores.
Yaumara Angulo González, vicefiscal cubana, dijo el jueves a periodistas que las autoridades habían decidido emitir una nueva advertencia luego de que líderes de las protestas renovaran públicamente sus intentos de seguir preparando las marchas, “ignorando” el rechazo previo del gobierno.
Yunior García, líder de Archipiélago, dijo a reporteros al salir de la Fiscalía de La Habana, que seguiría adelante con la convocatoria del 15 de noviembre.
“Ni somos mercenarios, ni estamos recibiendo órdenes de ninguna parte”, dijo García, quien llegó vestido con pantalón vaquero negro y mostrando una gorra de béisbol. “Estamos mostrando abiertamente una diferencia de opinión, dijo.
Desde la Revolución izquierdista de Fidel Castro de 1959, las protestas disidentes en Cuba siempre han estado prohibidas por el gobierno al argumentar que Estados Unidos las ha respaldado, aunque una nueva Constitución del país, aprobada hace tres años, abrió un nuevo espacio para la manifestación “legítima”.
“Esta es mi decisión personal, más allá de las amenazas que he recibido hoy en este edificio”, dijo. “Si me llevan a juicio, si me encarcelan, renunciaré a cualquier defensa”, añadió García al reiterar que la marcha sería “pacífica (...) sin nada que ver con la violencia”.
Las últimas tensiones entre disidentes y gobierno cubano se producen tres meses después de que las mayores protestas sacudieran el país comunista durante el 11 y 12 de julio. En las protestas ocurrieron arrestos, una muerte y llamados a la intervención de Washington por parte de algunos cubano-estadounidenses.
Las autoridades cubanas dijeron que los arrestados tras las protestas eran culpables de delitos como desorden público, resistencia al arresto y vandalismo.
La protesta anunciada para el 15 de noviembre coincide con la reapetura al turismo tras dos años en los que la importantísima industria se vio obstaculizada por la pandemia de coronavirus y el reforzamiento del embargo comercial de Estados Unidos.
Los manifestantes inicialmente habían planeado protestas en el país para el 20 de noviembre, pero cambiaron la fecha al 15 de noviembre luego de que las autoridades declararon el 20 como un “Día de la Defensa Nacional” durante el cual los ciudadanos realizan prácticas militares para una posible invasión estadounidense.