Los ayuntamientos de París y de Marsella expresaron este jueves su oposición a las nuevas restricciones anunciadas la víspera por el gobierno francés para frenar un repunte de Covid-19 y criticaron una “falta de concertación”.

La ciudad de Marsella (sureste), particularmente afectada, calificó de “afrenta” el anuncio de cierre de todos sus bares y restaurantes a partir del sábado, y un representante local habló de un “castigo colectivo” por parte del gobierno central parisino.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, también se mostró crítica con la decisión del gobierno de cerrar los gimnasios e instalaciones deportivas, y de restringir los horarios de los bares de la capital francesa, que deberán bajar las persianas a las 22.00 horas.

Las medidas anunciadas “son difíciles de entender”, dijo Hidalgo. “¿Cómo nos ayudará el no poder practicar deporte cuando el deporte forma parte de lo que también nos permite tener una mejor salud y unas defensas inmunológicas más fuertes? Tenemos que discutir de todo esto”, insistió la alcaldesa.

Más de 31 mil personas han muerto en Francia del nuevo coronavirus. Después de un confinamiento férreo de dos meses que ayudó a frenar el brote, los contagios han vuelto a dispararse desde hace unas semanas.

Sólo en las últimas 24 horas se han registrado en el país 13 mil nuevas infecciones y la presión en los hospitales, desbordados durante los peores meses de la crisis en la primavera, está aumentando de nuevo.

Sin contramedidas rápidas, “corremos el riesgo de alcanzar una situación crítica en unas semanas”, advirtió el jueves el ministro de Salud, Olivier Véran, que presentó las nuevas restricciones, las más fuertes desde el final del confinamiento de los franceses el 11 de mayo.

El sector de la restauración se unió a la protesta por las medidas impuestas. Es un “duro golpe” para los restaurantes, dijo el presidente de la confederación de las pequeñas y medianas empresas, François Asselin, que predijo que una multitud de empresas podrían quebrar.

El presidente de la principal organización patronal de Francia (Medef), Geoffroy Roux de Bézieux, estimó que el Estado debe “compensar” la totalidad de las pérdidas de explotación de los bares y restaurantes.

“Es urgente porque es una cuestión de supervivencia”, señaló el jueves, previo a una reunión entre ministro de Economía Bruno Le Maire y representantes del sector.

Además de París, el cierre anticipado de los bares afectará también a otras grandes ciudades como Burdeos y Niza.

En 69 de los 101 departamentos franceses, considerados como en “zonas de alerta”, también quedan prohibidas las reuniones de más de 10 personas en el espacio público, las bodas con más de 30 invitados y los grandes eventos deportivos con más de mil participantes.