Cerca de 806 mil personas salieron hoy a las calles de Francia en al menos 100 ciudades, según cifras oficiales del ministerio del Interior, en protesta contra la inminente reforma a las pensiones del Presidente Emmanuel Macron. En París fueron unas 65 mil personas. Según la Confederación General del Trabajo, la suma de adherentes a la paralización ascendió a un millón y medio de personas.

"Quien siembra la miseria cosecha la ira", "Pensiones por puntos: todos perdemos", "Privados, públicos, todos en huelga por la justicia social", decían algunas de las miles de pancartas que portaron los franceses en el primer día de huelga, que, al menos en el transporte, se prolongará hasta el lunes, según anunció el sistema de transporte público de la región parisina (RATP). La compañía de trenes (SNCF), en tanto, mantendrá el paro hasta hoy.

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FOTO: REUTERS[/caption]

El 90% de los trenes de larga distancia fueron cancelados, así como el 80% de los trenes de cercanía. Asimismo, cerca del 20% de los vuelos locales fueron anulados, y 11 líneas de metro estuvieron cerradas, mientras otras tres funcionaban parcialmente. Además, el Ministerio de Educación identificó que el 51% de los profesores de primaria se adhirieron a la huelga, al igual que el 42% de los profesores de secundarios. En el sector de la función pública, la tasa de huelguistas fue de 26%, siete de las ocho refinerías francesas estaban en huelga, y en el sector automotriz en Renault la tasa de huelga alcanzó el 5%, según la gerencia, una cifra más alta de lo habitual.

A eso de las 19:00 la jefatura de la Policía informó que habían realizado 11.490 controles preventivos y 90 arrestos, ante los enfrentamientos que se produjeron.

El caos en las calles era evidente, pero nada a lo que Francia no estuviera acostumbrada. El mismo tema de las pensiones ya había generado masivas movilizaciones en 1995 cuando el primer ministro Alain Juppé tuvo que ceder ante la presión de la calle y retirar el proyecto, tras un paro en el transporte que duró cerca de tres semanas. Lo mismo sucedió en 2003 y en 2010.

Esta vez se trata de una de las grandes reformas del quinquenato de Macron, quien asumió la Presidencia en 2017, y fue una de sus promesas de campaña. Por eso mismo Macron ha sido cuidadoso con este proyecto.

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FOTO: AFP[/caption]

En julio de este año, el alto comisionado para las pensiones, Jean Paul Delevoye, a encargo de Macron presentó un informe sobre la futura reforma al sistema de pensiones. El descontento de algunos sectores de la sociedad fue inmediato, y Macron prefirió optar por un diálogo encabezado por el primer ministro Edouard Philippe.

El premier francés indicó que el próximo 9 y 10 de diciembre pretende presentar las conclusiones de estos diálogos, para contar con un proyecto o una "arquitectura general" sobre la mesa también durante la próxima semana, según indicaron fuentes del gobierno a Le Monde.

Sistema universal

El detonante de este paro es que la futura reforma de Macron contempla eliminar los 42 regímenes especiales que protege a sectores como el transporte, funcionarios estatales, abogados, policías, entre otros. Todos pasarían a pertenecer a un solo sistema de pensiones "universal y por puntos". Así, por ejemplo, se ha establecido que 10 euros cotizados equivaldrán a un punto.

Los sectores que protestan contra este reforma y que salieron ayer a las calles denuncian que este nuevo sistema de jubilación los hará trabajar más y recibir menos dinero. El aumento de la edad de jubilación también es uno de los temas que se teme en la reforma, pese a que el Presidente lo ha descartado.

El informe Delevoye propone que el futuro régimen comience a aplicarse a partir de 2025 y que la transición se dé durante un período de aproximadamente 15 años. Así, los futuros jubilados que nacieron antes de 1963 no se verían afectados.

Según el politólogo francés, Jean Yves Camus, la dificultad de reformar el sistema de pensiones en Francia radica en que "este es el principal logro histórico de las luchas políticas de la izquierda y el mundo sindical desde la década de 1930, y la idea general, durante las décadas de crecimiento, era que íbamos hacia una disminución de la edad de jubilación. Pero estamos en un punto en el que ya no es seguro que, sin reformas, podamos financiar las pensiones de las generaciones futuras. Es una realidad, pero es muy difícil de escuchar para aquellos que se jubilarán y saben que sus pensiones se reducirán", sostiene a La Tercera.