Los trabajadores en huelga interrumpieron el martes las entregas de las refinerías francesas, el transporte público y los colegios, en un segundo día de protestas en todo el país por el plan del Presidente Emmanuel Macron de hacer que la gente trabaje más tiempo antes de jubilarse.

Enormes multitudes marcharon por ciudades de toda Francia para denunciar una reforma que eleva dos años la edad de jubilación, hasta los 64 años, y que pone a prueba la capacidad de Macron para impulsar cambios ahora que ha perdido su mayoría en el Parlamento.

En las redes ferroviarias, solo funcionaba uno de cada tres trenes de alta velocidad TGV y aún menos trenes de cercanías y regionales. En el metro de París, los servicios no funcionaban.

Con pancartas en las que se leía “No a la reforma” o “No nos rendiremos”, muchos manifestantes dijeron que saldrán a la calle tantas veces como sea necesario para que el gobierno dé marcha atrás.

Un hombre es detenido por agentes de la policía antidisturbios durante una manifestación contra los planes para retrasar la edad de jubilación de Francia, el 31 de enero de 2023, en París. Foto: AP

“No conduciremos hasta que tengamos 64 años”, dijo la chofer de autobús Isabelle Texier en una protesta en Saint-Nazaire, en la costa atlántica. “Para el presidente es fácil. Se sienta en una silla (...) puede trabajar hasta los 70, incluso”, dijo, añadiendo: “No podemos pedir a los que ponen los tejados que trabajen hasta los 64, no es posible”.

Después del 19 de enero, cuando más de un millón de personas salieron a la calle en la primera jornada de huelga nacional, los sindicatos dijeron que los datos iniciales de las protestas en todo el país mostraban una mayor participación.

“Es un mensaje real enviado al gobierno, diciendo que no queremos los 64 años”, dijo Laurent Berger, líder de CFDT, el mayor sindicato de Francia, antes de la marcha de París.

Una vista general muestra globos del sindicato francés CGT y manifestantes reunidos en la Place d'Italie durante una protesta contra el plan de reforma de pensiones del gobierno, en París, el 31 de enero de 2023. Foto: Reuters

Los sondeos muestran que una mayoría sustancial de los franceses se opone a la reforma, pero Macron pretende mantenerse firme. La reforma es “vital” para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones, dijo el lunes.

Los sindicatos dijeron que la mitad de los profesores de primaria abandonaron el trabajo. TotalEnergies declaró que el 55% de los trabajadores de los turnos de mañana de sus refinerías dejó las herramientas, una cifra inferior a la del 19 de enero. El sindicato de extrema izquierda CGT dijo que la cifra era inexacta.

Para los sindicatos, el reto consistirá en mantener el movimiento huelguístico en un momento en que la elevada inflación está erosionando los salarios.