El proyecto de ley sobre una "inmigración controlada y un efectivo derecho al asilo", presentado el miércoles en Francia, ha generado gran debate. Las organizaciones civiles denunciaron que era "represiva" y "peligrosa" con los migrantes, mientras el gobierno ha sostenido que es una ley "equilibrada". El profesor experto en migración de la Science Po, François Gemenne conversó con La Tercera sobre la polémica legislación.
¿Cómo califica el proyecto de ley sobre inmigración?
No es una buena medida porque reproduce exactamente la ley que los gobiernos anteriores han establecido. Reproduce las mismas recetas que no funcionan desde hace 20 o 25 años. Es una ley desequilibrada porque trata solamente las cuestiones del asilo y no habla sobre la integración y la inmigración. Mientras no haya una verdadera política de inmigración en Francia, el sistema de asilo seguirá estando obsoleto.
¿Cree que esta ley puede inspirar a otros países?
Lo que hace Francia ya lo hacen algunos otros países de Europa. El problema principal es que Francia renuncia a una visión europea sobre este tema, cuando es evidente que la solución a este tema es una solución europea, si no es así las políticas sobre inmigración fracasarán.
¿Considera que alguna medida es represiva?
La medida más represiva es la ampliación del período de detención para las personas que deben ser reconducidas a la frontera (de 45 a 90 días), es decir que meten a prisión durante varios meses a personas que no han cometido ningún delito.
¿De qué tipo de medidas cree que esta ley carece?
La ley carece de medidas sobre la inmigración. Deben haber medios seguros y legales para cuando los migrantes económicos ingresen al territorio, si eso no se concede todos van a pedir asilo y eso va a entorpecer las peticiones de asilo. Además faltan medidas sobre integración y falta una ambición europea, porque Francia hace sus cosas sola.
¿Qué diferencias tiene la norma con la política de migración alemana?
La primera gran diferencia es la política de acogida. Francia no la tiene, eso quiere decir que hay gente que duerme en las calles, por ejemplo. Otra diferencia es que en Alemania quienes piden asilo tienen derecho a trabajar, lo que les permite tener ingresos y comenzar a integrarse. En Francia no tienen autorización para trabajar, y eso no está mencionado en el proyecto.