Wu'er Kaixi fue uno de los líderes estudiantiles más activos durante las protestas de 1989 en la Plaza de Tiananmen, que ganó fama mundial al regañar al premier de entonces Li Peng en un encuentro televisado a toda la nación. Tres décadas después, es una figura más circunspecta pero sigue criticando duramente al gobierno comunista.

Muchos líderes de las protestas tomaron rumbos que tienen poca conexión con ese movimiento, mientras que otros siguen tan comprometidos con la causa como siempre, ya sea por vocación, por un sentimiento de culpa típico de los sobrevivientes o porque sus acciones los enfrentan permanentemente con las autoridades. Siguen decididos a mantener vivo el recuerdo de ese movimiento a pesar de que los gobernantes chinos se empeñan en borrar la represión de la historia.

"A veces recordar es la forma más humilde de la resistencia", dijo Wu'er Kaixi en una entrevista en Taiwán.

Mientras que Wu'er Kaixi, hoy de 51 años, pudo irse al exterior tras la represión del 4 de junio y de quedar segundo en la lista de más buscados de la policía, otro estudiante, Pu Zhiqiang, permaneció en China a pesar de su papel en el movimiento como defensor de la libertad de expresión y de prensa. Al ver fotos de esa época, Pu dice que los motivos de los manifestantes eran puros, aunque tal vez inocentes.

"Esperábamos que China cambiase para bien", dice Pu, de 54 años. "A los 24 años, se me presentó la oportunidad de servir a la sociedad, y de no haberlo hecho, no me lo hubiese perdonado jamás". La represión militar, que dejó cientos, tal vez miles, de muertos, puso fin a más de siete semanas de protestas encabezadas por los estudiantes que pedían poner fin a la corrupción y una sociedad más justa y abierta.