Más de una decena de exfuncionarios del Gobierno de Estados Unidos que presentaron su renuncia por el apoyo de la Administración de Joe Biden a las acciones de Israel en la Franja de Gaza han publicado por primera vez un comunicado conjunto en el que acusan a la Casa Blanca de “complicidad innegable” en la muerte de palestinos en el enclave, donde los bombardeos israelíes han matado en nueve meses a más de 37.900 personas.
“La cobertura diplomática de Estados Unidos y el flujo continuo de armas a Israel han asegurado nuestra innegable complicidad en las muertes y la hambruna forzada de la población palestina sitiada en Gaza. Esto no solo es moralmente reprensible y una clara violación del Derecho Internacional Humanitario y las leyes estadounidenses, sino que también ha puesto un objetivo en la espalda de Estados Unidos”, han indicado, según recoge la cadena de televisión CNN.
En la declaración han subrayado que la política de Washington en Gaza “es un fracaso y una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos”, argumentando que ha puesto en peligro las vidas de militares y diplomáticos. También han sostenido que la política estadounidense hacia Gaza ha “sido profundamente perjudicial” tanto para las relaciones estadounidenses en la región como para su “credibilidad global” y la de Occidente, “una situación particularmente peligrosa en el contexto de esta era de competencia estratégica”.
Estos exfuncionarios han aprovechado la ocasión para dirigirse a aquellos compañeros que no estaban en condiciones de renunciar para aseverarles que su “voz importa”: “Les animamos a seguir presionando. Según nuestra experiencia, ninguna decisión es demasiado insignificante para cuestionarla, así que, mientras estés al servicio del Gobierno, haz oír tu voz. Hablar tiene un efecto que inspira a otros a hacer oír su voz. La unión hace la fuerza, y te instamos a que no seas cómplice”.
Por otro lado, han formulado seis recomendaciones al Gobierno, entre ellas un llamamiento a que “ejecute fielmente la ley”, ya que afirman que “está muy claro que la Administración está violando deliberadamente múltiples leyes estadounidenses e intentando negar o distorsionar hechos, utilizar lagunas legales o manipular procesos para garantizar un flujo continuo de armas letales a Israel”.
Asimismo, han pedido a las autoridades que utilicen “toda la influencia necesaria y disponible para poner fin de inmediato al conflicto”, que amplíen la ayuda humanitaria, que apoyen la determinación del pueblo palestino, que establezcan mecanismos más fuertes de supervisión y rendición de cuentas dentro del Poder Ejecutivo, y que apoyen la libertad de expresión de los manifestantes universitarios.
Biden se ha enfrentado a presiones tanto fuera como dentro del país por su apoyo “férreo” a Israel y, aunque en los últimos meses la retórica de sus portavoces se ha vuelto más dura al instar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a que haga más para proteger a los civiles, las políticas se han mantenido prácticamente sin cambios.
El Ejército israelí lanzó una ofensiva contra Gaza a raíz de los ataques de Hamás del 7 de octubre, que dejaron cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados. Las autoridades gazatíes, controladas por el grupo islamista, han denunciado más de 37.900 muertos, a los que se suman más de 560 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este en operaciones por parte de las fuerzas israelíes o en ataques perpetrados por colonos.