A pesar de que Joaquín "El Chapo" Guzmán, uno de los mayores narcotraficantes del mundo, fue declarado culpable de los 10 delitos de los que se le acusa en la corte federal de Brooklyn y arriesga una condena de cadena perpetua, su imperio narco sigue intacto. Si bien vivió disputas internas por el dominio del negocio de la droga, el cartel de Sinaloa mantiene el poder sobre la distribución de drogas en México.
"La captura y extradición de Joaquín Guzmán en nada impacta el comercio de las drogas. El Cartel de Sinaloa no tiene un solo líder, es un negocio familiar. 'El Chapo' solo era la cara más visible y violenta", señala a La Tercera Martín Barrón, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales de México.
Es que desde la extradición de Guzmán en 2017 hacia EE.UU., el Cartel de Sinaloa comenzó a vivir disputas internas por el poder. Según la revista mexicana Proceso, "El Chapo" tiene 18 hijos con siete parejas. De ellos, Iván Archibaldo "El Chapito" Guzmán y Jesús Alfredo "El Alfredillo" Guzmán -que en septiembre fue incluido en la lista de los 10 narcos más buscados del mundo por la DEA- controlaban una parte del Cartel de Sinaloa, denominada "Los Menores".
Tras la captura de su padre, "Los Chapitos" se habrían enfrentado por el poder a Dámaso "El Licenciado" López -condenado en noviembre a cadena perpetua en EE.UU.- y a Ismael "El Mayo" Zambada, un traficante histórico que nunca ha sido capturado y del que se desconoce el paradero.
Con todo, Barrón cree que ya hay acuerdo en Sinaloa. "'El Mayo' quedó al frente de la producción de drogas: marihuana, opio y sintéticas. Otros se encargan de la distribución y transporte, así como de la seguridad, cobro y defensa que era la tarea de Guzmán".
A pesar de las tensiones, el negocio de la droga no se ha visto afectado. Según la DEA, el Cartel de Sinaloa mantiene una gran presencia en la zona sur de México y controla la mayor parte de las drogas que ingresan a Estados Unidos, principalmente cocaína, metanfetamina y heroína. Durante el año pasado se incautaron alrededor de 37 toneladas en la frontera entre México y Estados Unidos.
"Cuando hay carteles tradicionales como el de Sinaloa o Jalisco la incidencia de violencia es baja porque tienen el control y no se pelean por territorios, pero después de la caída de un líder como 'El Chapo', los carteles se fragmentan y surgen grupos pequeños como el Cartel Santa Rosa de Lima que controla Guanajuato y que mientras se expande crea más violencia", aclara a La Tercera, Chris Dalby, editor de Insight Crime.