Tal como se esperaba, el Presidente de Ucrania, Volodomír Zelenski, visitó Hiroshima, Japón para reunirse con los líderes mundiales del G7. En esta oportunidad mantuvo conversaciones con el primer ministro de la India, Narendra Modi, en el marco de una serie de reuniones con los países no alineados asistentes a la cumbre.
El primer ministro señaló que le había comunicado a Zelenski la disposición de la India a seguir prestando ayuda humanitaria al pueblo ucraniano y su respaldo al “diálogo y la diplomacia” para buscar la paz.
Otro líderes mundiales también comprometieron su ayuda al gobierno ucraniano, incluso el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden indicó que contribuirían a la formación de pilotos ucranianos para pilotar cazas F-16.
La respuesta de China y Rusia
La reunión de tres días del G7 en la ciudad japonesa de Hiroshima ya acordó nuevas sanciones contra Rusia y medidas para hacer frente a lo que denominó coerción económica de China, lo que provocó una respuesta desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de China y Rusia.
Con respecto al rol de China en la economía, el G7 emitió un comunicado en el que se establecía una estrategia común para las futuras relaciones con la segunda economía mundial.
En este señalaron que habrá “consecuencias” para los países que intenten utilizar el comercio como una especie de arma. “Una China en crecimiento que cumpla las normas internacionales sería de interés mundial”, agregaron en el escrito.
Cabe recordar que el gigante asiático desempeña un rol importante en las cadenas de suministro de todo tipo de productos, desde semiconductores hasta minerales esenciales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino acusó al G7 de atacar al país e interferir en sus asuntos internos. Asimismo, señaló que había presentado serias protestas ante Japón, anfitrión de la cumbre.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, respondió que las decisiones tomadas por el G7 demostraban que estaban empeñados en lo que denominó la “doble contención” de Rusia y China. “La tarea se fijó en voz alta y abierta: derrotar a Rusia en el campo de batalla, pero no detenerse ahí, sino eliminarla como competidor geopolítico”, declaró la autoridad.