El gabinete ministerial del Presidente peruano Pedro Castillo comparece este jueves ante el Congreso de Perú, dominado por la oposición derechista, en busca de un voto de confianza que le permita continuar en funciones.

En un ambiente político polarizado, ésta es la primera prueba para el gobierno de Castillo, quien asumió hace un mes, tras un quinquenio de enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo, mientras la incertidumbre levanta nubarrones sobre la economía peruana, que intenta dejar atrás los nocivos efectos de la pandemia.

La sesión fue abierta por la jefa del Congreso unicameral, la opositora María del Carmen Alva, quien cedió de inmediato la palabra al jefe del gabinete de Castillo, Guido Bellido, mientras en calles aledañas había manifestaciones de grupos oficialistas y opositores.

“Hemos venido al hemiciclo no solo para solicitar un voto de confianza (...), sino para (pedir) que depongamos nuestras diferencias para solucionar una de las más graves crisis política, económica y sanitaria de las últimas décadas”, dijo Bellido, un ingeniero y legislador izquierdista de 41 años, cuya designación al frente del gabinete fue muy cuestionada por la oposición.

Bellido, oriundo de la región andina de Cusco -capital del antiguo imperio inca-, inició su exposición de los planes del nuevo gobierno hablando en quechua y aimara, lenguas ancestrales que todavía hablan unos cinco millones de los 33 millones de peruanos.

Esto llevó a Alva a interrumpirlo y pedirle que hablara en español solamente para que pudieran entenderlo la totalidad de los 124 legisladores presentes.

“Esto es una muestra de que aun nuestro país no ha entendido que hay pueblos profundos que tienen culturas, idiomas de diferentes sectores”, expresó entonces Bellido, quien reanudó su mensaje en español.

“Nuestra gestión no intenta copiar modelos adoptados en otros países”, dijo Bellido en tácita alusión a quienes les imputan ser parte del llamado “socialismo del siglo XXI” de Venezuela y Bolivia.

“Nuestros objetivos inmediatos son derrotar la pandemia producida por la covid-19 y reactivar nuestra economía”, agregó.

Primera baja

Las pugnas entre el nuevo gobierno y la oposición ya le costaron el puesto al canciller Héctor Béjar. Fue sustituido por Óscar Maúrtua, un diplomático de carrera sin lazos con la izquierda que ya había ocupado el cargo 15 años atrás.

Sin embargo, los rivales de Castillo esperaban que éste hiciera más cambios en su gabinete de 19 miembros antes de someterse al voto de confianza, algo que el mandatario rechazó.

“El presidente Castillo se da cuenta de que ceder ante la oposición y poner a los ministros que ellos quieren, sería una debilidad. Así no podría gobernar”, dijo a la AFP el analista político Hugo Otero.

Luego del balotaje del 6 de junio, en que Castillo se impuso por solo 44.000 votos ante la derechista Keiko Fujimori, los cuestionamientos a varios de los nuevos ministros han elevado la tensión, haciendo subir el dólar y caer la bolsa.

“Con o sin voto de confianza no cambia en modo alguno la enorme preocupación del sector empresarial por la proyección económica del Perú”, dijo a la AFP el analista político Augusto Alvarez Rodrich.

La Constitución estipula que los nuevos gabinetes deben recibir el voto de confianza del Congreso 30 días después de su nombramiento. Si es negado, Castillo deberá nombrar a otro primer ministro, en sustitución de Bellido, y reorganizar el gabinete, lo que prolongaría la incertidumbre.

El respaldo a Castillo cayó a 38% en su primer mes frente al 53% que tenía antes de asumir el 28 de julio, según un sondeo del Instituto de Estudios Peruanos.

Debate y votación

Luego de la exposición de Bellido, los parlamentarios pueden hacerle consultas al gabinete antes de debatir y pasar a votar, por lo que la sesión puede prolongarse por muchas horas.

“El gobierno tiene los votos para obtener la confianza”, estimó Alvarez Rodrich, para quien un eventual respaldo del Congreso responderá más a un interés estratégico por evitar atizar una confrontación con el Ejecutivo.

“El Congreso no quiere darle herramientas al gobierno para que pueda disolverlo tan rápido, cuando recién empezó su gestión de cinco años”, aseguró.

Si los legisladores le niegan dos veces el voto de confianza a un mismo gobierno, la Constitución faculta al presidente a disolver el Congreso y convocar a comicios parlamentarios extraordinarios.

El partido oficialista Perú Libre y sus aliados solo cuentan con 57 votos, de los 66 necesarios para confirmar al gabinete. Otra cantidad similar de parlamentarios pretende negar la confianza, según medios locales, por lo que se anticipa una votación estrecha.