El gobierno argentino aunque relativizó los efectos de la huelga, acusó que el país sufrió pérdidas millonarias debido al paro general que convocó para este miércoles la Confederación General del Trabajo (CGT) y otras organizaciones sindicales en contra de las medidas económicas impulsadas por el presidente Javier Milei.

“El paro fue una lágrima. La percepción es que la gente está cansada de los gremios y que esto deja a la CGT en una posición endeble”, señalaron desde la Casa Rosada, que a la vez cifró las pérdidas en 880 millones de dólares para el erario nacional.

“No nos cambia en nada el paro, no nos afecta. Lo unico que hacen los gremialistas es perjudicar a los argentinos. Igual la jornada viene siendo bastante normal. Es irrelevante”, agregaron fuentes del gobierno trasandino, según el reporte del diario bonaerense ‘La Nación’.

Sin embargo, la opinión del gobierno fue muy distinta a la entregada por los líderes sindicales sobre los resultados del paro. El dirigente de la CGT, Héctor Daer, aseguró que el tercer paro general que el sector obrero le hizo al gobierno de Javier Milei fue “un éxito rotundo”.

En conferencia de prensa Daer destacó que “el movimiento obrero lleva adelante una agenda clara y concreta para que se cambien las políticas" que implementa el gobierno ultraderechista.

Más tarde, el vocero presidencial, Manuel Adorni, señaló que “este es el paro de la casta sindical kirchnerista, que por tercera vez dejan sin trabajar a millones de argentinos. Dejan al trabajador sin tren ni subte mientas ellos se mueven en autos importados“.

Adorni aseguró tras una extensa reunión de gabinete en Casa Rosada que “es un paro que persigue intereses políticos y nada tiene que ver con los trabajadores” y resaltó que “es el tercer paro que le hacen a Milei frente a los cero que le hicieron a Alberto Fernández”.

El gobierno trasandino le puso cifras al paro y aseguró que “le cuesta 880 millones de dólares a los argentinos”.

En la Casa Rosada, además, aseguraron que se les descontará los haberes del día a los empleados estatales que hayan adherido al paro general de la CGT.

Una fuente del gobierno señaló que la administración de Milei “estuvo convocando a la CGT” a fines del año pasado y que “fue la central obrera la que no se quiso sentar a una mesa negociadora”.