Estas últimas semanas, los contagios de Covid-19 en Reino Unido han subido de una manera inesperada: este lunes llegaron a más de 49 mil nuevos casos, mientras que la semana en general promedió 43 mil infecciones diarias. Estos números representan un aumento del 15% con respecto a la semana anterior, un fenómeno que preocupa a las autoridades británicas que no veían tantos tests positivos desde mediados de julio pasado.
La Oficina Nacional de Estadísticas estimó que, al menos en Inglaterra, una de cada 60 personas tenía el virus la última semana, siendo éste uno de los índices más altos desde el inicio de la pandemia. Gracias a la vacunación, afortunadamente, hay muchos menos casos de enfermedad grave u hospitalizaciones, pero de a poco están aumentando: esta última semana el promedio llegó a poco más de 120 decesos diarios, en una nación en cuyos peores momentos registró sobre 1.200 fallecidos cada 24 horas.
Por este aumento, los más críticos al gobierno liderado por el primer ministro Boris Johnson están presionando para restaurar las medidas de restricción social que se impusieron a principios de la pandemia.
En julio, el gobierno británico levantó todas las restricciones legales relativas a la pandemia, incluyendo la obligatoriedad del uso de mascarilla en lugares cerrados y las reglas de distanciamiento social. En ese entonces, se les permitió a los clubes nocturnos y bares atender al 100% de su capacidad y se dejó de incentivar el teletrabajo.
Incluso, dentro de los colegios y tiendas, el uso de la mascarilla es opcional, y por lo demás tiene muy poca adhesión. Según un estudio destacado por la BBC, los residentes de Reino Unido son significativamente más reacios a usar las mascarillas, en comparación con países como Alemania, Francia y España.
A diferencia del resto de Europa, Reino Unido ya había abierto a mitad de año las diversiones nocturnas y permitido las aglomeraciones con número ilimitado de personas. Pero a la luz del reciente aumento de casos, Johnson ya ha dicho que tendrán que pasar al “Plan B”, reintroduciendo la mascarilla obligatoria e imponiendo “pases de movilidad”. Esto, si durante este otoño e invierno las hospitalizaciones comenzaban a poner en jaque al sistema sanitario.
Dentro de Reino Unido, Escocia ya se adelantó: en caso de asistir a eventos con más de 500 personas bajo techo, o 4.000 al aire libre, la ley requiere a los participantes presentar una evidencia de su vacunación, que en este caso es un código QR dispuesto por el Servicio Nacional de Salud (NHS).
La mayoría de los expertos coincide en relacionar este repentino aumento de contagios a la inmunidad menguante que otorgan las vacunas. Reino Unido fue uno de los primeros territorios en el mundo en vacunar contra el Covid-19, habiendo empezado su programa en diciembre. Por esto mismo, el país cuenta con millones de personas que ya llevan seis meses desde su ultima inoculación.
Ahora mismo, las terceras dosis están siendo aplicadas en la población mayor, donde ya se contabilizan 3,7 millones beneficiados, pero en un país con 68 millones de habitantes los expertos indican que el proceso ha sido más bien lento.
Otro problema de la isla es la lenta vacunación de menores de edad: recién el 20 de septiembre se empezó a inocular a los adolescentes entre 12 y 15 años. Hasta ahora, el 15% de este rango etario ha recibido al menos una dosis. En Israel, por ejemplo, hoy más de la mitad de los adolescentes tienen al menos una vacuna aplicada.
El epidemiólogo Neil Ferguson, en conversación con la cadena Al Jazeera, indicó que el programa de inmunización de Reino Unido descansaba demasiado en la vacuna AstraZeneca, “y que aun cuando protege muy bien contra las consecuencias graves que puede tener el Covid, lo hace un poco menos que Pfizer contra la infección y transmisión, sobre todo en el caso de la variante delta”.
En las últimas semanas, los científicos han detectado la aparición de una variante del coronavirus específica de la isla: entre expertos es conocida como AY.4.2, y la han llamado variante delta plus. “Descendiente” de la variante delta del coronavirus, podría ser entre un 10% y 15% más transmisible que ésta, la cual ya es el doble de contagiosa que el original Sars-CoV-2.
Si la variante delta es la dominante en Reino Unido, delta plus podría ser responsable ahora de casi el 10% de casos de Covid-19, según explicaron dos expertos al diario Financial Times.
Aunque está en el ojo de los científicos, la variante delta plus no está aún catalogada como “variante de preocupación”. Si bien podría ser “ligeramente más transmisible”, no será “algo tan desastroso como lo que hemos experimentado previamente”, dijo Francois Balloux, uno de los dos expertos citados por el periódico.