"El gobierno de Chile rechaza de la forma más enérgica las gravísimas y calumniosas insinuaciones y amenazas del gobierno de Nicolás Maduro vertidas hoy por Jorge Rodríguez, vicepresidente de Comunicación de Venezuela". Con esas palabras, a través de un comunicado, La Moneda refutó rápidamente las acusaciones realizadas por la administración chavista que lo vinculan al supuesto atentado contra el mandatario venezolano, perpetrado el pasado 4 de agosto en Caracas.

Desde la administración del Presidente Sebastián Piñera consideran "de la más alta gravedad las amenazas expresada por el gobierno venezolano en contra de la integridad de nuestra representación diplomática" en la capital venezolana y por tanto citó a primera hora de hoy al embajador de Venezuela en Santiago a Cancillería.

Durante la jornada de hoy, en una conferencia de prensa, Rodríguez señaló que las embajadas de Colombia, Chile y México en Caracas "deben aclarar sobre la posible participación en apoyo a terroristas que perpetraron el magnicidio en grado de frustración el pasado 4 de agosto de 2018".

El primer sábado del mes pasado, una explosión irrumpió en el acto que se desarrollaba en la tradicional Avenida Bolívar de Caracas, en el marco del 81° aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y que contaba con la presencia del Presidente Nicolás Maduro y la cúpula militar de ese país. Las dudas e hipótesis sobre el incidente no tardaron en aparecer, al tiempo que el oficialismo lo calificó como un "atentado contra la figura del mandatario" y aseguró que no descansaría hasta encontrar a los responsables.

Y así fue. Rápidamente la lista de detenidos y sospechosos comenzó a crecer -hasta ahora son 28- pero esta vez las dudas apuntaron a Chile, Colombia y México.

En la rueda de prensa, el Palacio de Miraflores informó la captura de otras tres personas, Henryberth Rivas, alias Morfeo; Ángela Lizbeth Exposito, alias "La Perrera", y el coronel en retiro Ramón Velasco, apodado "Corocoro", por sus presuntos vínculos con el "intento de magnicidio" contra Maduro. Pero las revelaciones no terminaron ahí, el mismo Rodríguez presentó un video en el que Rivas asegura que personal diplomático chileno estaría relacionado con el hecho.

En el relato, el detenido señala que un día después del supuesto atentado tuvo contacto con una persona, a la que no identifica, pero que se encontraba en "España" y quien le pidió que se trasladara a la embajada de Chile en Caracas. "Que de ahí me va a sacar en un vehículo a la embajada de México y simultáneo a la embajada de Colombia (sic), y que de Colombia me iban a sacar lo que es frontera", dijo y más adelante agregó: "Llegué a la embajada de Chile y estaba cerrado. No había nadie".

Según Rivas, posterior a eso le ordenaron ir hasta la casa de la persona de embajada chilena que lo ayudaría y que está ubicada en la Lagunita Country Club, un sector residencial de clase media alta en Caracas. Pero tampoco consiguió nada. "Resulta ser que en la puerta de su casa sale un seguridad chileno y me dice que él está enfermo, que él no está en el país", indicó y que por tanto lo enviaron a la sede de la Iglesia episcopal.

"¿No sabían?"

En reiteradas ocasiones Rodríguez apuntó contra Chile, Colombia y México, insistiendo en que es muy importante que se desmientan o señalen la participación que se tuvo. "¿No sabían? obviamente sí", señaló.

En tanto, desde el gobierno de Enrique Peña Nieto también rechazaron la acusación de Venezuela que lo vincula al supuesto atentado contra Maduro.

La administración mexicana calificó como "infundadas" las denuncias realizadas por Caracas y aseguró que su personal actúa "siempre con pleno respeto al derecho internacional y conforme a los principios de política exterior señalados en la Constitución".

Presuntas confesiones

Desde un principio el gobierno de Maduro ha señalado como autor intelectual del incidente al expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, quien se encuentra exiliado en Bogotá.

Pero no solo eso, según Rodríguez, el Palacio de Miraflores ya cuenta con una serie de elementos que además de apuntar a Borges, también muestran una serie de irregularidades en Colombia, insinuando que en ese país "terroristas" habrían realizado su entrenamiento para preparar el supuesto atentado.

Aún así, los videos con confesiones que han presentado desde la administración venezolana han sufrido fuertes cuestionamientos desde la oposición y la comunidad internacional. Eso, luego de la detención del diputado Juan Requesens, quien en un primer video habría admitido su participación en el ataque. Sin embargo, se filtró un segundo en el que se le vio aparentemente bajo el efecto de estupefacientes y en ropa interior con excrementos.