Acusado por Francia de haberle asestado un “golpe por la espalda” al torpedear su “contrato del siglo” de venta de submarinos a Australia, Estados Unidos intentó este jueves sin suerte apaciguar el enfado de París.
“Francia es un socio vital” en la región indopacífica y “en muchos otros campos”, aseguró el jefe de la diplomacia norteamericana, Antony Blinken. “Ya lo era desde hace tiempo, y lo seguirá siendo en el futuro”, agregó.
El origen del incendio desatado en las relaciones franco-norteamericanas fue la nueva “alianza indo-pacífica” con Gran Bretaña y Australia anunciada el miércoles por el presidente Joe Biden.
Esta asociación estratégica, bautizada “AUKUS” y claramente destinada a contrarrestar las crecientes ambiciones de China en la región, incluye la entrega de submarinos norteamericanos de propulsión nuclear a Canberra y dejó a Francia fuera del tablero.
El canciller francés Jean-Yves Le Drian no ocultó su “ira” ni su “amargura” tras la decisión, a la que calificó de “unilateral, brutal e imprevisible”.
Al denunciar un “golpe por la espalda”, comparó el método de Biden a “lo que hacía su predecesor Donald Trump”, de quien el presidente demócrata busca diferenciarse a toda costa.
“Eso no se hace entre aliados”, dijo el responsable francés, que había negociado el “contrato del siglo” cuando era ministro de Defensa en 2016.
En el marco de la nueva asociación entre Washington, Londres y Canberra, Australia rompió el acuerdo y recibirá en un futuro submarinos de propulsión nuclear fabricados por sus socios anglosajones.
“Los franceses ofrecían una versión que no era superior a la utilizada por Estados Unidos y Gran Bretaña, y al final nuestra decisión se basó en nuestros intereses de seguridad nacional”, explicó este jueves el ministro australiano de Defensa, Peter Dutton, durante una visita a Washington.
Conforme al acuerdo, Estados Unidos incrementará su presencia militar en Australia e instalará bases militares logísticas en su territorio. Actualmente, un total de 2.500 marines rotan anualmente, por grupos de varios cientos, en Darwin, norte de Australia. Dutton dijo que la nueva alianza implicará un incremento de ese despliegue.
A su lado, la canciller australiana Marise Payne estimó por su parte que “el liderazgo de Estados Unidos en el Indo-Pacífico” es “indispensable”.
Más allá de los contratos comerciales, París denunció la falta de concertación, luego de que la retirada norteamericana de Afganistán dejase cicatrices en las relaciones de Estados Unidos con aliados cuyas opiniones pesaron poco en la decisión de Biden.
Los europeos tienen ahora una idea “bastante clara” de la forma en que Washington considera a sus aliados, resumió una fuente en París.