El Gobierno de Brasil pretende que el ex presidente Jair Bolsonaro comparezca ante la justicia brasileña en los próximos meses, por lo que está considerando llevar a cabo medidas para obligar a exmandatario a volver al país a fines de marzo en caso de que no lo haga voluntariamente, según Bloomberg.

Un asesor del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, ha indicado a la citada agencia que es poco probable que Bolsonaro sea arrestado a su llegada a Brasil, ya que, aunque está siendo investigado en varios casos, no se han presentado cargos formales contra él.

Bolsonaro, que se encuentra de vacaciones en Florida, Estados Unidos, desde fines de diciembre, tiene abiertas varias pesquisas, incluida su presunta responsabilidad en la incitación al asalto al palacio de Planalto, Congreso y Corte Suprema que tuvo lugar el 8 de enero por parte de sus seguidores y sus ataques contra el sistema electoral, del que ha estado sembrando la duda sobre su validez.

Antes de su vuelta, está previsto que participe en Washington junto al expresidente Donald Trump en la Conferencia Anual de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés) entre el 1 y el 4 de marzo.

El propio Bolsonaro, sin embargo, indicó a mediados de febrero en una entrevista con el periódico ‘The Wall Street Journal’ que regresará en marzo a Brasil con el objetivo de liderar la oposición a Lula y defenderse de las acusaciones.

Así, sostuvo que es “el líder nacional de la derecha”, ya que “no hay nadie más en este momento” que pueda ocupar su lugar, al tiempo que subrayó que “el movimiento de derecha no está muerto y seguirá vivo”.