El gobierno de Colombia suspendió parcialmente el cese al fuego bilateral con el Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC por el asesinato de cuatro indígenas menores de edad y ordenó reactivar las operaciones militares ofensivas contra ese grupo armado en una amplia región del sureste del país.
La decisión del gobierno del Presidente izquierdista Gustavo Petro supone una nueva frustración en su intención de alcanzar una paz total a través de negociaciones o acuerdos de rendición para poner fin a un conflicto interno de casi seis décadas que ha dejado más de 450.000 muertos.
El EMC está integrado por antiguos miembros de las ahora desmovilizadas FARC, que no firmaron el acuerdo de paz de 2016.
“Se informa que el cese bilateral que había actualmente con este grupo armado en los departamentos del Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo se suspende y reactivan todas las operaciones ofensivas. La decisión se hará efectiva en las próximas 72 horas”, dijo un comunicado del gobierno.
“Si el cese al fuego bilateral no es efectivo en determinados territorios para proteger a vida y la integridad de toda la población, no tiene sentido persistir el ello”, agregó el comunicado del gobierno en el que aseguró que, sin embargo, el cese de hostilidades con el EMC continuará vigente en otras zonas del país, así como la voluntad de iniciar diálogos de paz.
Los menores fueron reclutados forzosamente y asesinados a tiros cuando intentaron escapar en las selvas del departamento del Putumayo, según las denuncias de organizaciones indígenas.
Por su parte el EMC acusó a las Fuerzas Militares de supuestas violaciones al cese bilateral de hostilidades.
“El supuesto gobierno del cambio, el cual no se ha visto más que en discursos y promesas, sigue en el continuismo”, dijo un comunicado del EMC.
El mandatario también suspendió en marzo el cese al fuego bilateral con el Clan del Golfo, la principal banda criminal del país implicada en actividades de narcotráfico y minería ilegal.
Desde Año Nuevo, Petro anunció ceses bilaterales con el EMC, el Clan del Golfo, así como la banda criminal Autodefensas de la Sierra Nevada y la Segunda Marquetalia, otra disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que rechazó el acuerdo de paz del 2016 que permitió la desmovilización de 13.000 personas.
El EMC está conformado por unos 3.530 integrantes, incluidos 2.180 combatientes y 1.350 auxiliadores, con presencia en 23 de los 32 departamentos del país, según fuentes de seguridad.