"Hasta 2020 vamos a gobernar", aseguró el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, hace justamente un mes desde Barcelona. Pero las dificultades para aprobar los presupuestos de 2019, justo en medio del inicio del juicio por el intento secesionista de Cataluña y tras la masiva manifestación del domingo convocada para pedir la celebración de nuevos comicios, pueden suponer una aceleración del ciclo electoral.

Según informó hoy la agencia española EFE, citando fuentes del Ejecutivo, La Moncloa estudia adelantar los comicios legislativos, incluso a una fecha tan temprana como el 14 de abril próximo, si persiste el bloqueo de los partidos de derecha y de los independentistas catalanes a los presupuestos de 2019. La convocatoria para estas elecciones legislativas estaba prevista recién para 2020.

Las fuentes consultadas por el diario El País, en tanto, apuntan al superdomingo 26 de mayo, fecha en que las legislativas coincidirían con las municipales, autonómicas y europeas. Pero la fecha podría aplazarse incluso hasta el otoño (boreal) e incluso agotar la legislatura y pasar hasta 2020, para distanciar al máximo los comicios de la sentencia del juicio a los 12 líderes independentistas catalanes. El proceso judicial que se inicia este lunes podría durar unos tres meses. Se espera que el Tribunal Supremo dicte sentencia dos o tres meses después del final de las audiencias.

Sin embargo, fuentes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) explicaron que "jamás" se ha hablado hasta ahora del 14 de abril. Y desde La Moncloa dijeron a El País que "es precipitado" dar por hecha ninguna fecha electoral porque la decisión se tomará después de la votación del martes de los presupuestos, que por ahora tienen el rechazo expreso en el Congreso de la oposición de centro y derecha (Ciudadanos y Partido Popular) y de los partidos independentistas catalanes (PDeCAT y ERC). El diario El Mundo recordó hoy que Sánchez, después de abrir en diciembre un proceso de diálogo con la Generalitat para intentar buscar una salida al "conflicto" político catalán, contaba al menos con que los grupos independentistas permitieran su debate.

Esta opción, a la que Sánchez se aferraba para tratar de agotar la legislatura, se esfumó el viernes con la ruptura de las conversaciones con el gobierno catalán por su rechazo a retirar las enmiendas a los presupuestos y su exigencia de recoger en un documento el derecho de autodeterminación. Hoy el presidente catalán Quim Torra mantuvo su rechazo a los presupuestos, aunque no considera que las negociaciones estén totalmente rotas y se mostró abierto a volver a sentarse a la mesa.

Sánchez señaló en Twitter que "la política hace extraños compañeros de cama", puesto que "el independentismo votará en contra de unos presupuestos sociales buenos para Cataluña y la derecha en contra de unos presupuestos sociales buenos para España". "¿No será que viven mejor en la confrontación que en las soluciones?", se planteó.

El líder socialista accedió a la presidencia del gobierno de España en junio de 2018 tras una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy (PP) apoyada por las formaciones de izquierda y los nacionalistas vascos y catalanes, en la mitad de una legislatura cuyo final está previsto para mediados de 2020. Pero tanto el PP como Ciudadanos han intensificado su presión a Sánchez tanto en el Parlamento como con manifestaciones en la calle para que adelante las elecciones, con el argumento de que no se puede mantener en el poder con el apoyo de los independentistas catalanes.

Para Antoni Gutiérrez-Rubí, consultor político español, "Sánchez necesita revalidar la mayoría con la que consiguió ser elegido en la moción de censura". Sin estabilidad parlamentaria, no hay legislatura solo con 85 diputados (que son los que tiene el PSOE). Veremos quién, realmente, quiere negociar, quién juega de farol y quién se equivoca en la apuesta", dijo a La Tercera.