
“Gracias por traerme de vuelta a la plaza”: las últimas horas del Papa contadas por su enfermero personal
Massimiliano Strappetti, el mismo que le salvó la vida a Francisco al sugerirle la operación de colon en 2021, fue quien lo animó a realizar un último baño de multitudes a bordo del papamóvil el domingo.

“Gracias por traerme de vuelta a la plaza” de San Pedro, dijo el Papa Francisco a su enfermero por animarlo a realizar un último baño de multitudes a bordo del papamóvil el domingo, horas antes de su muerte.
El medio oficial de la Santa Sede, Vatican News, recogió este martes estas palabras que el primer Pontífice latinoamericano dijo a su fiel enfermero personal, Massimiliano Strappetti, el Domingo de Resurrección. El mismo que -como reconoció Francisco una vez- le salvó la vida al sugerirle la operación de colon en 2021 y a quien el Pontífice nombró después su asistente sanitario personal en el 2022.
A su lado durante los 38 días de hospitalización en el Policlínico Gemelli y las 24 horas del día durante su convalecencia en la Casa Santa Marta, Strappetti estuvo con el Papa el Domingo de Pascua, durante la tradicional bendición “Urbi et Orbi” desde el balcón de la basílica de San Pedro.

En la víspera habían acudido a la basílica de San Pedro para repasar el “recorrido” que iba a hacer al día siguiente y asomarse a la Logia de las Bendiciones.
Y después de aquel momento, el domingo por la mañana, en el balcón del corazón de la fachada de la basílica vaticana, cuando los 35 mil fieles iniciales se habían convertido ya en 50 mil, el Papa quiso dar una última y significativa sorpresa yendo a la Plaza de San Pedro para dar una vuelta en el papamóvil.
No sin cierto temor inicial: “¿Crees que podré hacerlo?”, le había preguntado a Strappetti, quien lo tranquilizó. De ahí el abrazo a la multitud durante un recorrido de casi 15 minutos, bendiciendo a su paso a los bebés presentes: el primer paseo tras su salida del hospital Gemelli, el último de su vida, como escribió Salvatore Cernuzio, de Vatican News.
Cansado pero feliz, el Papa agradeció a su asistente personal de salud: “Gracias por traerme de vuelta a la plaza”. Palabras que revelan la necesidad del Pontífice argentino -que hizo del contacto humano directo la característica de su pontificado- de volver a estar al medio de la gente.

Según relata el medio vaticano, el jesuita argentino descansó durante la tarde en su departamento de la residencia de Santa Marta en el Vaticano, antes de cenar tranquilamente. Pero el lunes, en torno a las 05.30 de la madrugada, aparecieron los primeros síntomas del malestar, con la pronta intervención de quienes velaban por él.
Más de una hora después, tras saludar a Strappetti, tumbado en la cama de su piso en la segunda planta de la Casa Santa Marta, el Pontífice entró en coma. “No sufrió, todo sucedió rápidamente, dicen quienes estuvieron a su lado en esos últimos momentos”, relata Vatican News en base al testimonio de las personas presentes.
El Papa falleció a las 07.35 hora local, “una muerte discreta, casi repentina, sin largas esperas ni demasiado clamor para un Papa que siempre había mantenido su salud en gran secreto”, agrega el medio oficial.
“Una muerte que se produjo al día siguiente de la Pascua, al día siguiente de haber bendecido a la ciudad y al mundo, al día siguiente de haber abrazado de nuevo, después de mucho tiempo, al pueblo. Aquel al que, desde los primeros momentos de su elección, el 13 de marzo del 2013, había prometido un camino ‘juntos’”, agrega.
Derrame cerebral, coma, colapso cardiovascular irreversible. Esas fueron las causas de la muerte del Papa Francisco, según lo certificó el profesor Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, en el informe de defunción publicado el lunes por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El documento médico indica que el Papa tenía antecedentes de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes de tipo II. La muerte se comprobó mediante un registro electrocardiograma tanatológico. “Declaro -escribe Arcangeli- que las causas de la muerte, según mi conocimiento y conciencia, son las arriba indicadas”.
Los otros miembros de la “familia” del Papa
El Papa Francisco había estado al borde de la muerte durante su reciente hospitalización en el hospital Gemelli. Según relató Sergio Alfieri, cirujano jefe del equipo médico, la noche del 28 de febrero fue la más crítica. En ese momento los médicos debieron decidir entre dejarlo partir o aplicar todos los tratamientos disponibles. Quien tomó la decisión fue Massimiliano Strappetti, el enfermero personal del Pontífice, un hombre fundamental en la salud del Papa.

El Papa Francisco sufrió un grave episodio de broncoespasmo que provocó que su estado de salud se deteriora rápidamente y los especialistas del hospital Gemelli tuvieran que tomar una difícil decisión. Alfieri reveló que tuvieron “que elegir entre parar y dejarlo ir o intentarlo con todos los fármacos posibles”, según consigna el medio Antena 3.
En ese momento, Strappetti fue quien tomó la decisión. Conociendo el deseo del Papa, apostó por intentar todo lo posible para salvarlo. “Inténtalo todo, no te rindas”, fueron sus palabras. Y así lo hicieron.
Y es que Strappetti no fue solo un enfermero, sino un confidente y una figura clave en la vida del ahora fallecido Papa. Desde hace años estaba a su lado en todo momento. Se encargaba de su salud, lo acompañaba en sus desplazamientos y supervisaba cada detalle de su bienestar.

Pero no solo Strappetti conformaba el círculo más íntimo del Pontífice. Tres sacerdotes, un italiano y dos argentinos (Fabio Salerno, Daniel Pellizzon y Juan Cruz Villalón) y las monjas vicencianas que gestionan el dispensario Santa Marta y la casa en la que Francisco eligió vivir durante todos los 12 años de su pontificado eran los miembros de la “familia” del Papa en el Vaticano, según informa el diario italiano Corriere della Sera.
Fue el mismo Francisco quien contó en un encuentro privado con sus hermanos jesuitas cómo Strappetti lo había convencido para someterse a la intervención del colon en 2021. “No quería decidirme a operarme: fue un enfermero quien me convenció”, les confidenció. Desde entonces, Strappetti se convirtió en el primer “asistente sanitario personal” en la historia del pontificado, con el nombramiento oficialmente formalizado.

Fabio Salerno, de 45 años, era el secretario del Papa desde agosto de 2020. El sacerdote y diplomático italiano fue el segundo secretario privado de Francisco durante sus últimos cinco años de pontificado (2020-2025), tras reemplazar en el cargo al sacerdote egipcio Yoannis Lahzi Gaid.
El sacerdote argentino Daniel Pellizzon, de 42 años, era otro miembro de la “familia” del Papa en el Vaticano. Lo llamó en julio de 2023 a Roma para integrarse en su secretaría, cuando Pellizzon era vicario en la parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia, en el barrio Flores, el suburbio de Buenos Aires en el que nació el mismo Francisco. Reemplazó en el cargo al padre uruguayo Gonzalo Aemilius.

Ese mismo año llegó, en el vertiginoso ir y venir de secretarios decidido por Francisco desde el inicio de su pontificado, Juan Cruz Villalón, a quien él mismo había ordenado sacerdote en 2011 en Buenos Aires. Fue él quien estuvo junto al Papa en su última aparición pública. Fue el pasado domingo, día de la Resurrección y fin de la Semana Santa. El Pontífice salió al balcón de la plaza de San Pedro acompañado de Cruz, y desde su silla impartió la bendición “Urbi et Orbi”.
Y luego estaban las monjas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, a quienes el Papa Pío XI, en mayo de 1922, llamó para gestionar el dispensario vaticano, que ofrece asistencia pediátrica a los niños más pobres. En 1996, con la construcción de la Casa Santa Marta, fueron llamadas por el Papa Juan Pablo II para ocuparse también del servicio a los sacerdotes de la Secretaría de Estado que se alojan en la residencia, además de los obispos y cardenales presentes temporalmente en el Vaticano. Como el Papa Francisco, que hizo de Santa Marta su refugio. El mismo lugar donde falleció a los 88 años.
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