Han pasado casi tres meses desde que el líder opositor, Juan Guaidó, se autoproclamó -el 23 de enero- como presidente encargado de Venezuela. En este período, quien hasta fines de 2018 era prácticamente un desconocido, no solo logró una importante articulación de las fuerzas opositoras al gobierno de Nicolás Maduro, sino que también consiguió concitar el respaldo internacional al ser reconocido por más de 50 países y organismos.
Sin embargo, el sucesor de Hugo Chávez permanece impertérrito en el poder y se prepara para festejar este viernes su sexto año en el Palacio de Miraflores, amparado en el apoyo de aliados clave como Rusia y China. En este escenario, el Grupo de Lima, uno de los puntales en el respaldo a Guaidó, se reúne este lunes en Santiago para abordar los últimos acontecimientos de la crisis venezolana, al tiempo que emergen dudas sobre el impacto de las acciones de esta instancia multilateral en lo que a estas alturas ya se configura como una disputa de alcance geopolítico global, según los analistas.
"El problema de Venezuela se ha convertido en un punto central de una disputa geopolítica mundial que va mucho más allá de la región. Esto se ha hecho evidente con declaraciones tanto de China, Rusia y EE.UU.", señaló a La Tercera el analista Miguel Velarde.
En el actual escenario, según este experto venezolano, "la región y los países del Grupo de Lima juegan un rol muy importante, pero su impacto va disminuyendo mientras las decisiones y acciones de las potencias pueden definir el desenlace venezolano. Pero, mientras tanto, hay asuntos concretos donde los países del bloque pueden tener gran eco, como en el éxodo de venezolanos que llegan a la región", agregó Velarde.
Un frente heterogéneo
En sus inicios, el Grupo de Lima se conformó como una instancia multilateral integrada por 14 naciones para buscar una salida a la crisis en Venezuela. Sin embargo, desde entonces, algunos miembros del bloque, como Brasil y México, han experimentado giros en sus posturas, en línea con los cambios de gobierno experimentados por esos países.
"Pese al rechazo de algunas prácticas o tendencias, no hay una alianza perfecta frente al apoyo a Guaidó y no tienen 'todas las cartas sobre la mesa' como Estados Unidos. Además, la comunidad internacional no es suficiente, porque se necesita que el actor interno logre un nivel de apoyo en factores críticos, como el de los militares para conseguir la transición", explicó a La Tercera el politólogo venezolano Luis Salamanca.
Esas divergencias en el seno del Grupo de Lima quedaron de manifiesto, por ejemplo, en la dureza del Brasil de Jair Bolsonaro contra el régimen Maduro y en la postura de México que, a principios de enero, se negó a desconocer el segundo mandato del gobernante venezolano. Además, por primera vez no firmó una declaración conjunta. La razón: Un mes antes había iniciado su mandato en ese país el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien optó por llamar al "diálogo" cuando la oposición venezolana y el Grupo de Lima lo habían descartado.
En estos días, el propio Maduro solicitó a México y Uruguay retomar el "Mecanismo de Montevideo", instancia que exhorta a la solución de la crisis en Venezuela a través de la vía pacífica.
Durante la jornada de hoy, algunos expertos esperan que -pese a haber descartado el uso de la fuerza en su último encuentro de febrero en Bogotá- el Grupo de Lima respalde, a su manera, parte de los lineamientos expuestos el viernes por el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, durante su visita a Chile.
El jefe de la diplomacia estadounidense lanzó sus dardos contra China y Rusia calificándolos como "hipócritas" y culpándolos de escudar la permanencia de Maduro en el poder. También llamó a seguir "aislando" al líder chavista.
Así, con algunos integrantes más alejados de las posiciones del núcleo del Grupo de Lima, como México, Costa Rica, Santa Lucía y Guyana que no fueron a la cita en Colombia, el bloque regional alista nuevas resoluciones impulsado por la cercanía manifestada por países como Ecuador que, en la reciente cumbre Prosur, manifestó su interés por la instancia multilateral así como su adhesión con el objetivo de buscar una salida a la crisis venezolana.