Desde Ciudad de México a Santiago y de Brasilia a Buenos Aires. En las capitales más influyentes de la región, el rechazo es unánime a la realización de las elecciones presidenciales del domingo en Venezuela, consideradas como ilegítimas por parte importante de América Latina, especialmente en Sudamérica, donde Nicolás Maduro no cuenta con aliados, salvo Evo Morales. Si bien diversos organismos regionales, como la OEA, vienen desde hace rato alertando sobre la situación en Venezuela, de la reunión de hoy del Grupo de Lima en México se esperaba una respuesta contundente, lo que finalmente no ocurrió.
El Grupo de Lima, que surgió en agosto pasado, hizo un "último llamado" al gobierno de Maduro a suspender los comicios y nuevamente condenó "al régimen autoritario" que prevalece en ese país, el cual, a su juicio, ha violentado la institucionalidad democrática, el Estado de Derecho y el respeto a los derechos humanos, "convocando a un proceso electoral ilegítimo y carente de credibilidad".
Pese a que se esperaba una medida más severa del bloque conformado por 13 países de la región y que contó con el acompañamiento de España y EE.UU., se analizaron "los posibles escenarios e identificaron una serie de acciones que podrían tomar de manera colectiva o individual", aunque después de los comicios, anunció el canciller de México, Luis Videgaray, en la lectura de un comunicado. Pueden ser "en el ámbito diplomático, económico, financiero y humanitario", agregó.
En medio del agravamiento de la crisis social, política, económica y humanitaria que golpea a Venezuela, el Grupo de Lima surgió con el objetivo de dar tratamiento conjunto a la crisis venezolana y actualmente está conformado por Chile, Argentina, Perú, Brasil, Colombia, Canadá, Panamá, Costa Rica, Paraguay, Honduras, Guayana, Santa Lucía y México. Por primera vez, la reunión contó con la presencia de los ministros de Hacienda o Finanzas de cada país.
"Chile quiere contribuir a la recuperación de la democracia en Venezuela", indicó el canciller Roberto Ampuero ,quien estuvo acompañado por el subsecretario de Hacienda, Francisco Moreno. Ampuero acotó que "instamos al régimen de Nicolás Maduro a escuchar a su pueblo, a escuchar a la comunidad internacional y a permitir que ese pueblo pueda vivir en democracia, libertad y prosperidad".
Otro de los aspectos que se trató en el séptimo encuentro del Grupo de Lima fue la compleja situación humanitaria que golpea a los venezolanos con el surgimiento de enfermedades como el sarampión, la difteria o paludismo y las complicaciones generadas en cada uno de los países dada la creciente diáspora venezolana para dar paso a una acción sanitaria coordinada.
Uno de los más tajantes tras la reunión fue el canciller peruano, Néstor Popolizio, quien aseguró que "no solo tenemos un régimen autoritario, sino también la perfilación de una dictadura en Venezuela, que tenemos que reconstruir y la presión internacional ayudará a que el pueblo venezolano salga de esta crisis con la recuperación de la democracia".
"Un dictador"
Pero a pesar de la presión internacional, los venezolanos acudirán a las urnas en unas elecciones en las que la oposición no presentó candidato único, al considerar que carecen de las garantías y condiciones constitucionales para su realización.
De esta manera, se medirá Maduro; el opositor que decidió presentar su candidatura sin el apoyo del bloque, Henri Falcón; el expastor evangélico Javier Bertucci y el ingeniero que corre por el partido Unidad Popular 89, Reinaldo Quijada.
Para el académico de la Universidad Simón Bolívar, Erik del Bufalo, "a partir del 21 de mayo, Maduro no tiene ningún dejo de legitimidad de origen y por lo tanto pasa a ser un dictador no electo y eso cambia el juego geopolítico e internacional", dijo a La Tercera. Además, señaló que "si el gobierno continúa con esa línea de política ilegal, tendrá sanciones y repercusiones severas, que por su puesto aún no ha dicho, pero puede tratarse de sanciones financieras, no solamente contra funcionarios sino también contra el Estado venezolano e incluso podría escalar a algo más contundente".
En la misma línea, el experto Miguel Velarde advirtió que "el punto de inflexión es el domingo y el proceso que se llevaría a cabo ese día", porque "pensando a nivel de impacto político y estratégico, la ventaja que puede tener el gobierno a nivel de percepción, inmediatamente cambia cuando el Grupo de Lima y otros actores tomen posiciones firmes".