Guatemala: las razones tras el estallido contra el gobierno y el Congreso
La cuestionada aprobación del presupuesto 2021, las denuncias de corrupción, el manejo de la pandemia, entre otros, colmaron la paciencia de los guatemaltecos, que piden la salida del Presidente Giammattei.
En 2015 manifestaciones masivas en Ciudad de Guatemala terminaron derribando al gobierno de Otto Pérez Molina, enredado en un caso de corrupción. Según la prensa local, fue un antecedente de los estallidos sociales que ocurrieron en América Latina en 2019. Por ello, tras la asunción en enero del Presidente Alejandro Giammattei, la pregunta estaba en el aire: ¿Guatemala se contagiaría de esta oleada que estaba teniendo lugar en la región?
Y la respuesta llegó este sábado. Alegando hartazgo y abuso, cientos de guatemaltecos quemaron durante esa jornada parte de la sede del Congreso en el marco de las manifestaciones de más de siete horas de duración para protestar contra la corrupción y reclamar la renuncia de Giammattei, tras aprobarse el presupuesto 2021, el más alto en la historia del país, que no contempla aumentos en las partidas sociales y prevé un fuerte endeudamiento público.
El Congreso, en su mayoría integrado por el oficialismo y partidos afines, aprobó el miércoles pasado de madrugada un presupuesto de casi US$ 12.800 millones, un 25% más abultado que el de este año, según destacó France Presse. La mayoría de los fondos están dirigidos a la construcción de infraestructuras en concesiones al sector privado (que ha sido un foco de corrupción) y no prevé aumentar las partidas de salud ni de educación, ni tampoco las destinadas a combatir la pobreza y la desnutrición infantil. Asignaciones fundamentales si se considera que el 59,3% de los casi 17 millones de habitantes de Guatemala vive en la pobreza y la desnutrición infantil afecta a casi el 50% de los niños menores de cinco años, consigna Europa Press.
Además del rechazo al nuevo presupuesto, el descontento e indignación también obedecen a la opacidad en el manejo de los recursos utilizados para enfrentar la crisis del coronavirus. El Congreso había aprobado préstamos por más de US$ 3.800 millones para atender la pandemia, aunque solo se concedieron menos del 15% de esos recursos. El manejo de la crisis sanitaria por parte de Giammattei, un médico de 64 años, ha sido duramente criticada por su vicepresidente Guillermo Castillo, la oposición y sectores sociales que denuncian carencias en los hospitales y deficiencias para atender a los grupos afectados por los confinamientos. El Covid-19 ya ha dejado casi 120.000 contagios y más de 4.000 muertos en el país.
El malestar también está dirigido a la Corte Suprema por tramitar el retiro de inmunidad a magistrados constitucionales, que con sus fallos han frenado varios intentos de políticos por detener la lucha contra la corrupción e impunidad, señala The Associated Press.
Para complicar la situación, Castillo le pidió la noche del viernes a Giammattei que renuncie. “Por el bien del país le he pedido que presentemos juntos la renuncia al cargo”, dijo Castillo en un mensaje a la nación a través de las redes sociales. Además de la renuncia de ambos, Castillo le solicitó a Giammattei vetar los presupuestos de 2021 porque tienen “anomalías”, por lo que debería ser devuelto al Congreso y ser modificado, explicó, apelando a “la eficiencia, transparencia y austeridad para no tener más endeudamiento” para esta modificación.
El vicepresidente aseguró que le comentó al presidente que “las cosas no están bien” y admitió que no tiene una buena relación con el mandatario. Desde el principio de su mandato, Giammattei y Castillo han tenido diferencias, asegura France Presse. De hecho, el 29 de mayo salió a la luz una conversación entre ambos en la que el vicepresidente le reclamaba a Giammattei tomar decisiones erróneas ante la pandemia.
“Esto se inició con el mal manejo de la pandemia. Luego se ha creado un centro de gobierno favoreciendo a la pareja sentimental del presidente. Más adelante, viene un presupuesto del Estado desfasado. Y el sábado se dieron excesos en las manifestaciones de parte de grupos violentos, pero también al final de la noche una innecesaria represión policial”, comentó a La Tercera un funcionario estatal guatemalteco que prefirió guardar el anonimato.
Sobre la reacción policial, ayer el ministro de Gobernación de Guatemala, Gendri Reyes, informó de 37 detenidos y 22 heridos durante los disturbios del sábado. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunció el “uso excesivo de la fuerza” por parte de las fuerzas de seguridad en la noche del sábado y pidió que se investigue lo ocurrido.
Mientras en redes sociales se anunciaban nuevas movilizaciones para reclamar la salida de Giammattei y la Universidad de San Carlos, la única estatal del país, hizo un llamado a un paro nacional para hoy, el diario local Prensa Libre, en su editorial de ayer, decía que “Giammattei todavía tiene la posibilidad de dar un golpe de timón en favor del país”. “Debe inspirar cordura y comportarse acorde con su calidad de representante de la unidad nacional”, destacó.
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