Con 10 minutos de retraso comenzó al ceremonia de cambio de mando en la sede de la Asamblea Nacional en Quito (Ecuador) y con ella, el banquero Guillermo Lasso asumió como Presidente de Ecuador durante los próximos cuatro años.

Previo a la ceremonia en la sede del poder legislativo, Lasso asistió junto a su esposa, María de Lourdes Alcívar, además del vicepresidente electo, Alfredo Borrero, y su gabinete a una misa en la Catedral Metropolitana de Quito.

“En este Gobierno que hoy nace, en este nuevo siglo de republicanismo que estamos a punto de arrancar, termina la era de los caudillos. Hoy reivindicamos este día glorioso e iniciamos la lucha para recuperar el alma democrática de nuestro país”, indicó el nuevo Mandatario de Ecuador en su primer discurso.

En la ceremonia participaron los jefes de Estado de España, el Rey Felipe VI; el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro; Jovenel Moise (Haití), y el Mandatario de República Dominicana, Luis Abinader.

La delegación del gobierno de Estados Unidos está liderada por su embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien a su arribo a Quito el domingo expresó que elecciones libres como en las que Lasso fue designado constituyen un ejemplo para la democracia en la región.

Con una aprobación del 60,5% de los ecuatorianos, Lasso, quien lució en la investidura un traje oscuro y corbata azul claro, reemplazó a Lenín Moreno, que había ganado la presidencia impulsado por el exgobernante socialista Rafael Correa (2007-2017) y luego pasó a ser su oponente.

La popularidad de Moreno, quien fue vicepresidente de Correa, se desplomó de 53,4% a 9,3% en cuatro años, según la encuestadora privada Cedatos.

Lasso se convirtió en el primer mandatario derechista elegido en Ecuador en las últimas dos décadas tras el período de inestabilidad institucional entre 1997 y 2007, en el que Ecuador tuvo siete presidentes -tres de ellos derrocados en revueltas sociales-, y de la administración de Correa.