El secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó este miércoles que “el infierno se está desatando en Líbano”, donde “las hostilidades han escalado dramáticamente”, especialmente durante este mes, cuando el Ejército de Israel ha centrado el foco en el frente norte, donde se enfrenta al partido-milicia chií libanés Hezbolá, con centenares de bombardeos y la detonación a distancia de dispositivos personales de comunicación.
Guterres instó a las partes a “volver inmediatamente a un cese de las hostilidades y adoptar medidas reales para aplicar plenamente las resoluciones” de la ONU, con el fin de respetar el Derecho Internacional, proteger a los civiles y evitar atacar infraestructura civil. “A todas las partes, digamos con una sola voz clara: detengan las matanzas y la destrucción. Bajemos el tono de la retórica y las amenazas. Aléjense del abismo”, manifestó.
“Hay que evitar a toda costa una guerra total. Sin duda, sería una catástrofe total. El pueblo de Líbano, así como el pueblo de Israel y los pueblos del mundo, no pueden permitirse que Líbano se convierta en otra Gaza”, sostuvo el jefe de la ONU durante su intervención, en la que ha alertado de que “Líbano está al borde del abismo” aunque “la Línea Azul ha sido escenario de tensiones durante años”, debido al aumento “en alcance, profundidad e intensidad” de los intercambios de fuego desde octubre.
Esta situación ha provocado que las comunidades del norte de Israel y el sur de Líbano hayan huido: “Deben poder regresar a sus hogares y vivir en condiciones de seguridad y protección, sin temor”, agregó antes de remarcar que “se han intensificado los esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego temporal que permita la entrega de ayuda humanitaria y allane el camino para la reanudación de una paz más duradera”.
El jefe de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL), el comandante Aroldo Lázaro, ha seguido manteniendo un estrecho contacto con las partes, apoyando el acceso humanitario siempre que ha sido posible y sigue instando a una desescalada inmediata, tal como ha explicado Guterres. “A pesar de las peligrosas condiciones, nuestras fuerzas de paz siguen en sus puestos”, señaló.
No obstante, ha comunicado que para mitigar el riesgo, la mayoría del personal civil se ha trasladado temporalmente al norte del río Litani, mientras que “unos pocos miembros” del personal “crítico” permanecen en la zona de operaciones de la misión junto con los “cascos azuless”.
En los bombardeos del lunes y el martes, se registraron más de medio millar de muertos, incluidos niños y mujeres, si bien se han registrado más de 1.200 muertes desde octubre. Además, dos miembros del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados han fallecido esta semana en un bombardeo. Este miércoles los bombardeos israelíes han matado a otras 70 personas.
En este contexto, la población libanesa ha tratado de huir de las zonas bombardeadas, razón por la que las carreteras están congestionadas mientras las familias buscan “desesperadamente” un lugar seguro. “Muchas están varadas en el aeropuerto de Beirut”, lamentó. 90.000 personas han huido del sur y el este hacia Beirut y el noroeste, y 30.00 se encuentran en refugios.