El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió al Gobierno de Israel que “detenga y revoque” su decisión de modificar los procedimientos de planificación de asentamientos en Cisjordania, algo que le tiene “profundamente preocupado”.
Guterres considera que estos asentamientos constituyen “una violación flagrante del Derecho Internacional” y son “un obstáculo importante” para alcanzar una paz “justa, duradera y amplia”.
En este sentido, condenó la expansión de estos “asentamientos ilegales” que suponen “un importante impulsor de las tensiones y la violencia” en la región, según un comunicado de Naciones Unidas.
A su juicio, la decisión del Gobierno de Israel “afianza aún más la ocupación” de los territorios palestinos, “invade” su tierra y sus recursos, “obstaculiza la libre circulación de población palestina” y “socava el derecho del pueblo palestino a la libre determinación y la soberanía”, se añade en la mencionada nota.
Guterres no solo ha instado al Gobierno de Israel al “cese inmediato y por completo de todas las actividades de asentamiento” en Cisjordania, sino que ha pedido también “medidas concretas para implementar los compromisos asumidos”.
El coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, Tor Wennesland, alertó el lunes de que la decisión podría “acelerar la expansión de los asentamientos” y ha criticado igualmente los preparativos para un posible anuncio la semana pasada sobre la construcción de otras 4.000 unidades de vivienda en asentamientos.
Por su parte, el portavoz adjunto del Secretario General, Farhan Haq, ha hecho constar su malestar por los acontecimientos ocurridos en la ciudad cisjordana de Yenín -donde cinco palestinos murieron tras una incursión israelí- y ha indicado que esta escalada de violencia “amenaza con sumir aún más a la región en una crisis mortal”.
“Todas las partes deben abstenerse de emprender acciones que agraven aún más la situación y tomar medidas para retomar el camino político”, sentenció Haq.